Esta ópera prima del actor Max Minghellla (hijo del fallecido cineasta Anthony Minghella, el de “El paciente inglés”) es una especie de versión pop de la Cenicienta, con Elle Fanning como una chica de clase media baja que vive en la desolada Isla de Wight y trata de cantar en la iglesia y en un pub con karaoke. Pero, de golpe, decide ser famosa y entrar en un programa televisivo de talentos, “Teen Spirit”, y para eso toma como manager a un tipo decadente que asegura haber sido un famoso astro en la ópera europea. La historia es un catálogo de lugares comunes, pero al menos modera los toques melodramáticos y se concentra en los números musicales, sin duda lo mejor del film junto a la carismática actuación de Fanning. “Teen Spirit” es una de esas películas pensadas para vender discos, y en este caso el soundtrack es realmente bueno, con temas de artistas como Orbital, Katy Perry, No Doubt, Aqua, coordinados por Marius De Vries, y en muchos casos cantados por la protagonista, que desde luego debió ser doblada por una cantante lirica en una escena operística.