Alcanzando tu sueño: Un videoclip muy pintoresco.
¿Qué tanto se puede innovar en la idea narrativa de una adolescente queriendo ser cantante? Esa es una de las primeras preguntas que surgen al ver esta película, que nos ocuparemos de desglosar y analizar. ¿Es mejor que el montón?
Alcanzando tu sueño es la traducción del nombre original de este film, Teen Spirit. Una película dirigida por el primerizo Max Minghella y protagonizada por Elle Fanning. La historia cuenta un momento específico de la adolescente Violet, aficionada al canto pero dentro de una familia que no ve su hobbie con buenos ojos. Es por eso que se dedica a cantar en bares a escondidas de su familia, hasta que un concurso de talentos llega a su ciudad y ella quiere poder participar. Esta historia, obviamente, resulta algo cliché en el momento que uno se para a analizarla, y durante el visionado es muy fácil ver para dónde va a ir la trama, o cómo va a terminar. Las pocas sorpresas están relacionadas más a decisiones narrativas poco construidas que a giros interesantes.
Dentro de todo este camino arquetípico y previsible del film, hay que decir que hay pocos momentos específicamente malos o que no se dejen ver. La película, con una duración de hora y media aproximadamente, mantiene un nivel promedio durante todo el metraje. Es cierto que el nivel de calidad que mantiene es algo bajo y decepcionante, sobre todo con la presencia de una prometedora y habilidosa Elle Fanning, pero por otro lado, nunca te llega a sacar de la sala o a querer que termine. Si la película hubiera durado media hora más, el cantar probablemente hubiera sido muchísimo más negativo.
La propuesta fotográfica es de las mejores cosas que tiene esta obra, con un juego de colores muy entretenido, y que sólo está en determinados momentos de la historia. Esto ayuda a que la pantalla no esté siempre saturada de esos colores de neón que aparecen en el póster, a la vez que le ayuda a los momentos importantes de la trama a ir más allá. Y es ahí donde, a pesar de la calidad visual, la película se tropieza con más fuerza. Sus momentos musicales, que por la naturaleza de la historia se imaginaran lo importantes que deberían ser, terminan siendo extremadamente olvidables. A pesar de tener una imagen colorida y con sombras marcadas, la elección de planos, el ritmo del montaje y los elementos de la puesta en escena son muy flojos. Ninguno de los elementos recién descritos transmite algo en absoluto, y en escenas donde su principal funcionamiento debería ser una especie de clímax narrativo, solo vemos a Elle Fanning cantando. Esto es probablemente uno de los mayores errores del film, generando momentos bastante anticlimáticos y poco interesantes.
Esta estética de videoclip no sería un problema si toda la película girara alrededor de esa idea, pero cuando las canciones se van y aparece el conflicto dramático, su apuesta va más por el lado de lo solemne y supuestamente profundo. La pretensión del guion no ayuda a la historia en absoluto. Eso sí, Elle Fanning vuelve a destacarse en su papel, con una muy buena actuación y caracterización.
Es cierto que la película no está tan mal como acaba de ser analizada. Es decir, se deja ver, no se hace larga y tiene actuaciones en un nivel interesante. El problema es que su indecisión sobre el potencial target del público provoca un choque de intenciones flojo y que ensucia el producto final. Por momentos parece querer transmitir una historia profunda y reflexiva, mientras que a veces su historia parece ser simplemente una adolescente cantando, siendo este último el que gana lamentablemente mayor peso en el tercer acto. Una imagen pintoresca y una idea interesante, que termina transmitiendo muy poco, pero al fin y al cabo, entreteniendo.