Un loco de Buenos AIres
La referencia indirecta de este cantautor no es otra que el exilio durante la dictadura y la primavera democrática, época esta última donde era posible aún explotar creativamente hablando, aunque es cierto con reglas de juego de un mercado musical no apto para creativos. Por ese motivo y fiel a una convicción de hacer música más que producir discos el nombre de Alejandro del Prado solamente resuene para aquellos nostálgicos que escuchaban allá por los ochentas algunos de sus temas, y también para una generación posterior que seguramente tarareó sus letras sin saber realmente de quién se trataba.
Desde La murguita de Villa Real hasta Los locos de Buenos Aires, la poesía de Del Prado dijo y dice presente. Incluso en este documental del investigador Mariano del Mazo, quien junto al director Marcelo Schapces retratan el día a día del cantautor y estructuran desde una faceta afectiva una parte y otra desde la música con testimonios de músicos, valga la redundancia.
En ese sentido, es muy interesante participar como escuchas de una evolución a nivel musical, respaldada por material de archivo, incluidas en programas de televisión como el mítico Badía y compañía, referencia del rock argentino indiscutible pero también en ciclos como Cable a tierra ó Café con Canela, entre otros.
Escuchar las letras que una presentación en vivo muestran a Alejandro del Prado con la misma energía y voz de aquellos tiempos regocijan y para este documental singular significa por un lado un gran homenaje a su aporte silencioso y por otro el descubrimiento de un ícono de la música popular argentina -que lleva grabados solamente tres discos- y del rock completamente ausente de cualquier libro de historia de este movimiento ó relato vinculado a la música argentina de otras épocas, otros tiempos y siempre acompañado de un loco de Buenos Aires.