Alek

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

Si se pudiera filmar el amor en 38 minutos, seguramente eso sería Alek: la historia de un nieto (Alejandro Chomski) filmando a su abuelo (Alejandro Kaplan), guardando esa película y editándola 22 años después.

Un cumpleaños de 80, un viaje a Rusia antes de morir, fotos antiguas de un joven polaco judío que se reconoce autodidacta y que debe escapar de su país a tierras lejanas, imágenes de archivo sueltas de la URSS. Una Argentina de inmigrantes. Ciudades en dos puntas del mundo: Moscú y Buenos Aires, recorridas por una cámara en mano. Y toda una generación homenajeando a esos hombres y mujeres que hicieron nuestro país durante el siglo XX.

La vida es una lucha. Esténse preparados, se dice en un momento, de ahí a los altorrelieves de algún monumento, completan la idea.

La sustancia de Alek es la de película familiar. De resignificación de viejos elementos que se vuelven nuevos, interesantes. Film personal, íntimo, más hecho de restos de relatos que de grandes historias, pero con la Historia pasando por debajo, colándose en algunas primeras lecturas, o en aquel día que la plaza del Congreso estaba llena y lloraba. de Alejandro Chomski dirigió largometrajes como Hoy y mañana y Dormir al sol y estrenó en octubre pasado Maldito Seas Waterfall!.

Se estrena el Sábado 14 de Enero a las 16 hs en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929). Entrada gratuita hasta agotar capacidad de la sala

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