Qué dilema hablar de un producto tan, pero tan malo como Red Notice, película ultra liviana y tediosa que de tanta mezcolanza de géneros, chistes inoportunos que intentan romper el hielo y personajes que parecen salidos de otras películas parece una de esas bebidas energéticas donde meten todo tipo de porquerías en la procesadora y que adquieren un color y textura extraños. Acá hay de todo: acción, aventuras, comedia, thriller. Hay una gran cantidad y abuso de los efectos digitales que no ayudan mucho a una película que intenta ser muy física (por las corridas, trompadas, patadas y persecuciones) y que ni siquiera representa un goce para aquel que disfruta el espectáculo a la vieja escuela. El cine y los videojuegos van de la mano con el correr de los años.
El relato gira en torno a un ladrón experimentado, Nolan Booth (interpretado por Reynolds), un tipo inteligente que además anda dando brincos como un canguro en medio de peleas y persecuciones varias. Un día se manda el robo del siglo pero como quien está detrás es John Hartley, agente de INTERPOL (Dwayne “La Roca” Johnson), podemos adivinar que las cosas no saldrán cómo estaban planeadas. Nolan es atrapado por robar de un museo uno de los tres huevos que pertenecían a Cleopatra, un tesoro milenario casi invaluable. Nolan, más allá de su intachable currículum, es un ególatra que se proclama el mejor ladrón o estafador del mundo, sin reparar que tras sus pasos se encuentra Sarah Black (Gal Gadot), ladrona de arte que intentará apoderarse del motín a toda costa y que amenaza con arruinar la reputación de Booth. Para eso forjará una trampa que involucra a Hartley en el robo como cómplice de Nolan. Hartley entonces deberá intentar limpiar su nombre a como dé lugar mientras sortea junto a Nolan un sinfín de problemas. Ambos serán aliados en contra de su voluntad y a partir de las circunstancias.
Primero dejemos en claro lo siguiente: que alguien le avise a Ryan Reynolds que esto no es Deadpool. Esa verborragia humorística que no deja un solo minuto en silencio para descansar el oído del espectador no es graciosa. No ayuda que además explique los chistes, mal de los tiempos que corren en el cine y gran cantidad de series: subrayar cada acción, situación y en este caso, gags. Netflix cree que el espectador es medio salame y necesita que todo esté servido en bandeja. A La Roca lo bancamos porque nos cae simpático, sí, pero acá hace otra vez de La Roca: no pedimos que sea Marlon Brando pero cuando quiere o pone más ganas logra salir más airoso. Sin ir más lejos, en esa gran película de acción que fue Skyscraper, su padre de familia sin una gamba estaba bastante bien, aún con sus limitaciones y clichés. Gal Gadot no hace de Mujer Maravilla pero sí del nuevo estereotipo femenino de “soy canchera, todo me sale bien, cago a palos a todos y además soy linda”. Obvio, una mujer poco agraciada no va a compartir con estos divos. En definitiva, ninguno de los personajes es interesante o (fuera de su aspecto físico) atractivo, pese al carisma que puedan o no tener estas estrellas.
Red Notice es una película obvia, que intenta ser endemoniadamente divertida y paradójicamente, termina aburriendo. Aburre que desde los primeros minutos siempre sorteen todo tipo de peligros y no haya una sensación de riesgo latente y palpable: sí, sabemos que se van a salvar (principalmente por el tono de la película) pero aun así el peligro tiene que ser vertiginoso y el espectador debe sentir ese vértigo, ante todo porque debemos sentir empatía por los personajes. La acción debe estar segregada en partes específicas y cada tanto relajar al espectador para que cada secuencia en la que lo espectacular tenga protagonismo alcance picos altos y de tensión. Red Notice no entiende esto. Hasta esa obra maestra de la acción desmedida que es Mad Max: Fury Road tiene instantes en que las explosiones y persecuciones se toman su descanso. Acá la irresponsabilidad está mal jugada, porque hasta el cine que tira todo por la ventana debe estar bien contado. Aburren también los chistes constantes y repetitivos, la canchereada fácil por parte de los protagonistas. Se confunde esto último con carisma. La trama en sí es un pastiche que no puede sostener ninguno de los géneros a los que alude, principalmente la acción, que se torna reiterativa no solo dentro de su universo. Esto James Cameron lo filmó diez o veinte veces mejor en True Lies hace casi treinta años. Una comedia de súper acción que se disfrazaba de uno o varios géneros para hablar de los problemas maritales en la vida de un agente ultra secreto. Claro que Rawson Marshall Thurber, director de este bodrio, no es James Cameron, aunque hizo esa gran película de 2018 antes mencionada, llamada Skyscraper: en ella había súper acción e irresponsabilidad pero también buenos personajes y una gran sensación de riesgo y tensión desde el minuto cero.
En Red Notice abundan las referencias cinéfilas innecesarias, como si eso pudiera despertar cierto cariño en algunos espectadores y sumar puntos, sin saber que es una moda pasajera que, esperemos, se termine pronto y que irónicamente aniquila cada vez más el cine actual: al nombrarlas extrañamos varias de esas películas de antaño, teniendo enfrente semejantes adefesios.