Siempre se agradece cuando se estrenan películas que apuestan todo al entretenimiento por el entretenimiento mismo, al cine como arte máximo de la evasión, al espectáculo como refugio del escapismo regocijante. El cine es el arte del entretenimiento por excelencia desde el exacto momento en que nació como técnica movilizadora de espectadores ingenuos.
Netflix no se olvida de la esencia del cine como divertimento pasatista y en Alerta roja, que tiene su doble estreno en salas y en la plataforma (en esta última, el viernes 12 de noviembre), no se sale un milímetro de las bases del espectáculo más estruendoso, ligero, superficial y gracioso, que además se da el lujo de reunir a tres de las figuras más fulgurantes de Hollywood: Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot.
Escrita y dirigida por Rawson Marshall Thurber (Pelotas en juego, Rascacielos: rescate en las alturas), la película va de la buddy movie de aventuras hasta la comedia de robos con toques de acción carcelaria, en la que el agente del FBI John Hartley (Dwayne Johnson) persigue al ladrón más buscado de Interpol, Nolan Booth (Ryan Reynolds).
El motivo son tres huevos de la época de Cleopatra y Marco Antonio, lo que también sirve como desafío para Booth, que quiere probarse como el mejor ladrón del mundo. La película muestra cómo Hartley captura a Booth y lo manda a la cárcel, hasta que aparece el personaje de Gal Gadot, The Bishop/Alfil, otra ladrona talentosísima en busca del tercer huevo, el más difícil de encontrar.
El trío queda armado y se deberán ayudar entre ellos para lograr cada uno su objetivo. Hartley quiere esposar a Alfil, quien lo engañó haciéndole creer a la agente de Interpol que sigue el caso (Rita Aryu) que en realidad es él el responsable de robar uno de los huevos. Y Booth quiere el tercer huevo a toda costa, al igual que Alfil. Entre Hartley y Booth forman una especie de “matrimonio por conveniencia”, y en la química cómica entre ambos está la clave lúdica del filme.
El robo de los huevos es el macguffin perfecto para que se desplieguen la acción aventurera y la comedia efectista, con guiños a Indiana Jones y a La gran estafa, con las vueltas de tuerca típicas de las películas de robos y aventuras, y todo enmarcado en una comedia de acción que sabe divertirse y jugar con gracia explosiva.
Lo bueno de Alerta roja es que sus personajes se divierten mientras recorren distintos lugares del mundo, hasta caer en Argentina, a la que se muestra como reservorio histórico de nazis, donde se encuentra el tercer huevo.
Johnson se luce con su musculatura ágil para las peleas cuerpo a cuerpo y con las persecuciones con balacera incluida; Ryan Reynolds aporta su carisma de ladrón chistoso con un par de gags que provocan la carcajada fácil, y Gal Gadot aporta la cuota de sensualidad con su fluida presencia y su elegancia para agarrarse a las patadas.
Hay sorpresas de personajes cuyos nombres no conviene revelar, como la aparición de un famoso cantante pop que se autoparodia. También hay giros que logran sostener casi dos horas una aventura de ladrones y policías que no descansa un segundo en su constante juego autoconsciente. Alerta roja es un cóctel de géneros populares que realza el cine como entretenimiento masivo. Es cine de evasión en estado de gracia.