El film sigue las proezas de Alexander, de 11 años, mientras atraviesa el día más terrible y horrible de su joven vida: un día que comienza con goma de mascar enredada en su cabello, seguido de una calamidad tras otra. Pero cuando Alexander le cuenta las desventuras de su desastroso día a su optimista familia, nadie parece comprenderlo, y él comienza a preguntarse si las cosas malas sólo le ocurren a él. Sin embargo, pronto descubre que no está solo: su hermano, su hermana, su madre y su padre también comienzan a verse envueltos en su más terrible, horrible y peor día. Cualquiera que diga que los días malos no existen sencillamente nunca vivió uno.