El jefe de la tribu es Tau (Jóhannes Haukur Jóhannesson, “Atómica”) y su único hijo varón es Keda (Kodi Smit-McPhee, “X-Men: Apocalypse”, “Déjame entrar”) a quien lo instruye en todo momento, le cuenta sobre sus ancestros, porque con el tiempo será su sucesor. Toda la tribu se va lejos a cazar búfalos pero algo sale mal y Keda tiene un accidente y es dado por muerto.
Keda despierta y luchará para sobrevivir ante un ambiente inhóspito, rodeado de distintos riesgos, después de la lucha por la supervivencia, termina teniendo una gran aventura con un lobo, primero fueron enemigos pero luego lograron una amistad entrañable, de ayuda mutua, con un claro mensaje de solidaridad, donde fluye lo emocional y la aceptación entre diferentes.
Visualmente es estupenda, la cámara realiza buenos planos, resaltando distintos momentos y transmite la relación de amor entre el animal y el humano; para ello un instante el ritmo narrativo se detiene unos minutos, con algunos clichés y contiene la bella fotografía de Martin Gschlacht.