Una rara heroína que divierte
Nathalie (Karin Viard) está enojada con la vida. Más que enojada, está rabiosa. Desde su divorcio e inminente menopausia, la vida le confirma que todo tiempo feliz ha pasado y que ahora solo le queda el fracaso y la decrepitud. Sin embargo, frente a ello no se deprime sino que despliega un muestrario de ingeniosas crueldades para confirmarle al mundo que no va ser la testigo silenciosa de una felicidad que se le escapa. Si bien realiza comentarios insidiosos sobre su colega, amarga el matrimonio de su amiga, maltrata con una sonrisa a sus vecinos, el blanco de esa corrosiva inquina es su bella y joven hija. A la que quiere con devoción, por supuesto. Pero su inconsciente la traiciona una y otra vez y la convierte en una versión tragicómica de esas villanas de melodrama que eran capaces de las peores cosas por amor.