La directora veinteañera Luciana Gentinetta fue compañera de colegio (la Escuela Normal ENAM de Banfield) de Anahí Benitez, una adolescente de 16 años que desapareció en junio de 2017 y cuyo cadáver fue encontrado recién 6 días después. El femicidio tuvo en su momento bastante repercusión mediática (sobre todo por la constante y masiva movilización de los estudiantes), pero este documental prioriza no tanto la reconstrucción del caso sino cómo esa lucha los cambió para siempre, cómo terminó de forma abrupta con la inocencia adolescente y los obligó a confrontar las responsabilidades (y también los horrores) de la adultez.
El eje del relato son los sentidos, íntimos, por momentos emotivos testimonios de amigos y amigas que la conocieron y que luego participaron en su búsqueda para terminar pidiendo justicia en medio de inacciones y complicidades (hasta ahora a nadie le convence la resolución del caso judicial).
La estructura de Algo se enciende es clásica y hasta un poco convencional, pero hay momentos en que Gentinetta logra otorgarle al film una dimensión más cinematográfica que periodística (hay algo del Gus Van Sant de Elefante en algunas tomas del gigantesco establecimiento) y cambia lo sombrío del hecho por un tributo lúdico y artístico hacia esa compañera y amiga que ya no está, pero de alguna manera los sigue inspirando. Misión cumplida.