Sofisticada apuesta de un director joven, Santiago Palavecino, a sumergirse en un mundo de mujeres que atraviesan distintas situaciones -duras, oscuras, difíciles o secretas- y confluyen en un pequeño pueblo rural.
Una cirujana llega invitada por su amiga, a la que no ve hace años, y cuya hijastra ha intentado suicidarse. La visitante también trae a cuestas una historia de la que huye y que se sabrá de a poco. Onírica, caprichosa, como un cruce entre entre el cine de david lynch y el de lucrecia martel, la película sugiere aquelarres y pesadillas atractivas. Aunque varias escenas se sienten forzadas y una duración menor hubiera aumentado su potencia.