Un deseo de tres estudiantes se puede transformar en una pesadilla.
Los protagonistas de la historia son tres chicos de unos 10 años Sebastián, Guzmán y Email (Jerónimo Escoriaza, Emilio Lacerna y Tomás Araya) y se desarrolla en un pueblo de la Provincia de Mendoza (casualmente donde nació el director Rojo). Sebastián es el chico que acaba de mudarse, concurre a una escuela pública y en su primer día conoce en la fila a los otros dos, no dejan de hablar mientras todos entonan el Himno Nacional Argentino, y dicen si ellos desean fuertemente que la maestra de música muera, nada cambiaría y los tres piden que se cumpla su pedido, y en ese momento frente a todos esta maestra muere repentinamente.
Ante este terrible hecho las clases quedan suspendidas, la escuela se encontrará varios días cerrada por luto, quedan a la deriva, tienen más tiempo libre, pero con el correr de los días comienzan a sentir cierta angustia, remordimiento y culpa, ingresando a un mundo más adulto ante la pérdida, tratando de comprender la muerte, algo similar sucedía en “La inocencia de la araña” (2011) donde se ingresa a la vida de dos adolescentes de 12 años que se enamoraran perdidamente del docente, acuden a una serie de delirantes tácticas para lograr su deseo casualmente también es una ópera prima pero de Caulier.
Esta es una historia sencilla y todo gira alrededor de la mirada de estos tres chicos, relacionando sus hogares y personalidades. Sebastián es un chico que está obsesionado con las revistas científicas; Guzmán es un chico que vive con su abuela y sus padres lo abandonaron y Email es un chico que hace karate y vive solo con su papá. Viven la complejidad con los problemas de los adultos, todo acompañado por la música, imágenes, pocos diálogos, aprovechando los distintos planos y la fotografía.
El director Rojo además de ser cineasta es sociólogo e ingresa minuciosamente a mostrar la inocencia de estos niños pueblerinos con sus hábitos, el jugar, andar en bicicleta, caminar por las vías muertas. En conclusión una rutina, donde también se ve el compañerismo, el primer enamoramiento hacia alguna chica del lugar, todo envuelto por un bello paisaje, con toques de comedia y de drama, y de como estos chicos sienten esa necesidad de pedir perdón. Es una historia sin pretensiones, honesta y con algunas reflexiones positivas, no todos los integrantes son actores, exceptuando la participación especial de Ana María Giunta (su último trabajo en cine “El abismo... todavía estamos” data del 2011).