Casi, casi... Alicia
Repasemos. Áboles retorcidos, música de Dany Elfman, esposa-actríz omnipresente... y Johnny Depp. Sí, estamos ante un filme de Tim Burton. El mismo que creó a Eduardo Manos de Tijera, devolvió la fama a Batman y resucitó a Ed Wood, es el que destruyó al Planeta de los Simios, vació de contenido a Willy Wonka, aburrió con Sweeney Todd y ahora...
Algo no está bien con Burton. En sintonía con las necesidades de la industria que pone todas sus fichas al nuevo chicle óptico que es el 3D, el director sigue los pasos de Cameron y privilegia la forma ante el contenido.
El relato de las aventuras de Alicia en la infratierra escrito por Lewis Carroll es víctima de una adaptación que no hace justicia con el original. Deja de lado la mirada de una niña para presentar la de una joven de 19 años que regresa al país de las maravillas para salvar a sus habitantes de un futuro autoritario y despótico. Es entonces Alicia una heroína en un filme de aventuras que no produce emoción alguna y mucho menos los planteos que a través de la locura y el surrealismo Carroll propuso a sus lectores.
Todo es rápido, urgente, sin tiempo para las tribulaciones que el personaje necesariamente debe sufrir. No ayuda la actríz elegida para el rol de Alicia, inexpresiva, capaz de hacer que Gwyneth Paltrow parezca carismática, así que dénse una idea. Por el contrario tanto Helena Bonham Carter como Johnny Depp sacan provecho de sus personajes, Reina de Corazones y Sombrerero respectivamente, en tanto Anne Hathaway como la reina blanca no sobresale demasiado, pero cumple.
La versión original en inglés ofrece la posibilidad de escuchar las voces de Alan Rickman, Stephen Fry y Christopher Lee, entre otros, que pusieron su talento a disposición de las criaturas creadas digitalmente.
La dirección artística consigue plasmar el paisaje del inframundo en clave Burton y que a su vez sea funcional a la tecnología 3D, aunque sea este aditamento una de las pocas cosas que logre entretener al espectador.
Resta discutir si es un filme apto para los más chicos, por algunas escenas algo violentas y truculentas que pueden sobresaltarlos más de lo debido. Y si es un filme apto para quienes alguna vez disfrutaron de un Tim Burton creativo y osado, rara avis dentro de una industria que, a la vista está, acabó fagocitándolo.