El país que no miramos.
La historia muestra una Alicia ya crecida, con 20 años, viviendo en un mundo de aristocracia, ostentación, y buenas costumbres con el que ella no está nada conforme por su espíritu liberal y anticonformista.
En una de sus escapadas de este mundo banal, ve un conejo blanco al que empieza a perseguir, esto la lleva a un hueco debajo de un gran árbol, por el que cae llegando a un extraño cuarto con muchas puertas, por una de las cuales llegará al “país de las maravillas”.
En este lugar se encontrará con extrañas criaturas como ser, un conejo con chaleco, un par de extraños mellizos rechonchos y bastante tontos, flores que hablan, y un gato sonriente.
Ellos la llevarán con el “sombrero” (Johnny Depp) quién le contará la triste historia de como, cuando Alicia los abandonó en su anterior visita (hace 13 años), la malvada y narcisista reina roja tomó el poder, y expulsó a la buena reina blanca para imponer su reinado.
Todos esperan que Alicia termine su misión y libere a las criaturas de este mundo, en lo que llaman “el frabulloso día”, en el cual según un antiguo pergamino, Alicia debe enfrentar a un feroz dragón y matarlo y así reimponer el gobierno de la reina blanca.
En todo momento se nota la mano de Burton en este film, desde la estética de los personajes, en algunos semejante a la de “el extraño mundo de Jack” y los paisajes con árboles de rama retorcidas como su mente, dando su máxima expresión cuando Alicia tiene que cruzar un lago de brea lleno de cabezas humanas. También se puede ver en el drástico cambio en los “soldados” de la reina roja que pasaron de ser gordinflones con cara de buenos a ser letales, despiadados y esbeltos guerreros metalizados.
Una película para chicos y no tan chicos, con un alto contenido de mensaje liberalista, que se disfruta al máximo por su gran colorido y muy buenos efectos aprovechando en todo su esplendor la tecnología 3D.
La actriz (Mia Wasikowska) seguramente es una de las grandes jóvenes promesas de Hollywood, a prestarle atención.