Bienvenida esta entrega que alude al mito de Alien en esencia y también en forma, porque si su predecesora “Prometheus”, por ambiciosa, terminaba por naufragar en el estereotipo del género, en esta oportunidad el verosímil se potencia por respetar a la entrega original de la saga.
Ridley Scott es un hábil creador de universos, y mientras crea impregna de solidez sus mundos apoyándose en actuaciones sublimes (Fassbender en un doble rol impecable) que remiten a lo mejor de la ciencia ficción, con aliens que asesinan, hombres que no saben qué hacer ante la adversidad, y la premura y tensión como impulsoras del ritmo, trepidante, que refuerzan la propuesta.