Alien: Covenant

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

¿Qué les pasa a los Xenomorfos?.

Es el año 2104 y la tripulación de la nave Covenant, compuesta por sendas parejas, se dirige a un planeta lejano para colonizarlo. A mitad de camino se encuentran con un planeta diferente, que al parecer está en condiciones mucho más óptimas que el de su destino original. Por lo tanto, deciden aterrizar en él y explorarlo. Lo que no saben es que ahí los espera una amenaza que puede erradicarlos a todos.

Alien: Covenant tiene cosas a favor y cosas en contra. Por el costado de lo positivo, es una historia que contesta todas las preguntas que plantea (no como Prometeo), el universo de las precuelas ha dado un paso gigantesco hacia su conexión con Alien, pero lo más positivo es que es abraza su esencia gore, y una vez que se pone en marcha este no para, volviendo a lo que Alien fue en primer lugar: un slasher (o sea, un grupo de personas completamente aisladas siendo asesinadas una por una), lo que contribuye a que en esta película haya, comparativamente respecto de su predecesora, mucha más acción y se sepa construir la tensión entre momento y momento, entre cadáver y cadáver.

Dentro de los aspectos negativos, muy a menudo es un calco estructural de la película original de 1979. No solo esto, sino que, pasada la mitad del segundo acto, Alien: Covenant se vuelve una secuela muy dependiente de lo establecido por Prometeo, y por ende demasiado expositiva por momentos.

Independientemente de las asociaciones con títulos previos, como película por sí misma, la historia tiene alguna que otra meseta en su narración. Casi siempre a manos de reflexiones filosóficas sobre la creación y la evolución del hombre. Si bien esto propone un contenido de gran profundidad, más que tener una relevancia para el conflicto principal se siente que está ahí para hacer tiempo, ya que estos debates, a menudo, no son esenciales para resolver el conflicto o hacer crecer a los personajes. Aparte, tanto la resolución como los giros narrativos que, se supone, deben resultar en una sorpresiva revelación, son anticipables y, para colmo, la protagonista es pasiva salvo por unas poquitas escenas. Por fuera de eso, llora, se deprime, y contribuye más al desenlace que a generarlo directamente.

Katherine Waterston otorga un trabajo medido. Va a haber quienes la califiquen de insulsa, pero también lo es el personaje que le dieron en el papel. Michael Fassbender es el punto álgido a nivel interpretativo que tiene la película de principio a fin, literalmente. Billy Crudup entrega una sobria actuación que pudo ser mejor si el contenido emocional del personaje (su fe) tuviese una conexión justificada con la trama, y lo peor es que hay momentos donde se nota que Crudup sabe que esta conexión no existe y la está forzando. Danny McBride es una total y absoluta revelación. Los que están acostumbrados a verlo en comedia se van a sorprender a ver los momentos de honesta emoción y humanidad que le supo sacar Ridley Scott. Una de esas instancias en donde este gran visualista demuestra que, cuando quiere, es un gran director de actores.

Visualmente la película es impecable; no hay mucho que argumentar contra Ridley Scott a esta altura del partido.

Conclusión:
Si buscan una peli donde estén involucrados el gore, los climas y la tensión, Alien: Covenant puede llegar a satisfacerlos. Cuando se entrega a este espíritu, el de contar una historia de “guarda que te come el bicho”, es donde la película tiene sus momentos más logrados.

Por desgracia, su deseo de entretejer en esta una historia emocional, un contenido temático (arraigado en lo filosófico/científico), y una continuidad con las películas anteriores resulta forzado, cuando no fallido. Si a esto le sumamos una protagonista un poco pasiva, el resultado es desigual. No hay nada de malo en que una película de esta naturaleza apunte con vehemencia a abordar cuestiones intelectuales. Sin ir más lejos, la Ciencia Ficción existe precisamente por (y para) dichos debates. Pero si estos no guardan una relevancia dramática, los espectadores o se van a acordar del gore o se van a acordar de los debates, cuando deben ser los dos una unidad que se nutra la una de la otra.