Cada tanto llega una de esas películas que marcan la diferencia. Que desafían desde lo visual y que hacen que la inmersión cinematográfica sea única.
Pasó con la trilogía de El señor de los anillos, pasó con Avatar (2009), pasó con Hugo (2011), y ahora sucede con Battle Angel.
Con tanta película de superhéroes y ciencia ficción dando vueltas, es muy difícil sorprenderse con los VFX. Y aquí sucede eso. Aquí si hay sorpresa. Es distinta y llama mucho la atención.
Por primera vez, la adaptación de un anime a formato live action es fidedigna desde lo estético y dinámico. Y no solo por el tamaño de los ojos del personaje principal, sino también por los movimientos y secuencias.
Se nota la exigencia de James Cameron, que aquí es productor pero que durante mucho tiempo estuvo a punto de sentarse en la silla de director. Es un proyecto que viene arrastrando hace rato.
Quien dirige es Robert Rodríguez, de filmografía muy particular, pero marcada desde la acción y secuencias delirantes.
Este es su proyecto más grande, y tal vez menos personal, pero delibera un gran producto.
Hay algunas secuencias que te dejan pasmado, y que habría que verlas más de una vez para poder encontrarles todos los detalles.
Los planos, el montaje, el score, todo confluye en una narrativa que amalgama lo oriental con lo occidental de forma brillante.
Con respecto a la historia, en lo particular no tenía mucha idea sobre el personaje, y le encontré algunos paralelos con la serie Dark Angel (también de James Cameron), que a su vez fue denunciada por plagiar a el comic argentino Cybersix.
Es de fórmula simple, de futuro distópico, pero por suerte sin el drama adolescente de las novelas YA.
La diferencia está, justamente, en su personaje central. Alita es el alma de la película.
No solo por sus abrumadoras escenas, sino también por cómo está escrita.
Si, es verdad que hay muchas influencias y parecidos con ET, Wall-E, Manequin, y películas en las cuales uno de los personajes no es humano y trata de serlo o tener actitudes similares, pero no importa.
Es su inocencia mezclada con la potencia guerrera es lo que la hace diferente.
Aún con el motion capture, el laburo de Rosa Salazar (Maze Runner) es muy bueno, dada la dificultad de sus tareas. Transmitir todas esas expresiones con una cara alterada de manera digital no debe ser fácil.
El resto del elenco está bien, pero nadie para destacar. Cualquiera podría haber hecho esos papeles.
Battle Angel es un film diferente, pero con conceptos que ya hemos visto. Por ello resulta tan familiar como innovadora. Además del despliegue visual.
Es una película que no hay que perderse y que hay que ver en el cine sí o sí.