Se pasa el rato con esta nueva película de los hermanos Levy en tren de comedia de pareja a punto de crisis. Crisis que el personaje protagónico desarrolla bien a lo argentino: se mete en gastos antes de tener la plata, esconde los problemas, pide un favor y después hace quedar mal a quien lo ayuda, quiere hacer siempre la suya, le molesta cualquier observación, reprocha a otra persona lo que él mismo ha hecho, etcétera. Tarde advierte que metió no una sino las dos patas hasta el cuadril (aunque en esta historia lo que mete es otra cosa, pero la cuestión binaria se mantiene) y al final, dentro de todo, sale más o menos bien parado. Lo excepcional, y lo único bueno que podemos decir a su favor, es que es un tipo honrado.
No vamos a contar el argumento. Sólo anticipar que Allan Sabbagh, siempre con gesto amargo, y Julieta Zylberberg forman pareja (en "El rey del Once" habían formado algo más interesante), Marina Bellati y Mariana Chaud también forman pareja (y su relación permitía diálogos mucho más interesantes), Campi está desperdiciado, y Mike Amigorena compone otro de sus personajes inefables, esta vez como presunto brasileño al frente de un complejito turístico. Muy bueno el giro inesperado que tiene la historia con las dos chicas tras su luna de miel. Convencional el desenlace. Rodaje en Buenos Aires y una posada en Trancoso, Brasil, que no se luce demasiado.