Una artista plástica es dada de alta de una rehabilitación donde ingreso por drogas y surménage. Se va a vivir sola a una vieja y abandonada villa vacacional en medio de las sierras. En la villa sólo están ella y algunos caseros. La artista habita una casona familiar donde los ruidos y las cosas raras que van sucediendo ponen a prueba sus debilitados nervios. Ella decide luchar consigo misma, convencida de que las cosas que están sucediendo son fruto de su imaginación, no quiere bajo ningún punto volver a internarse o a las drogas. Pero las pruebas de que las cosas allí no son normales van haciéndola dudar de su capacidad de raciocinio y la tentación de volver a las drogas está allí, al alcance de su mano.