El camino de los sueños
Cheryl Strayed atravesó hace un par de décadas una situación límite en su vida: tras la muerte de su madre, el distanciamiento del resto de sus familiares, el consumo de heroína y un divorcio, decidió emprender, sola, un viaje a pie de 1.800 kilómetros por la costa del Pacífico, desde el desierto del sur de California hasta los bosques de Oregon, como forma de
curación, redención y autodescubrimiento. Aquellas experiencias derivaron en un libro de memorias que se convirtió en impresionante best seller en 2012 y luego, claro, en esta película.
Después de la consagratoria Dallas Buyers Club: El club de los desahuciados, el canadiense Jean-Marc Vallée (Mis gloriosos hermanos/C.R.A.Z.Y.) fue el director contratado para filmar este guión escrito por -extraña elección- el prestigioso autor inglés Nick Hornby (Alta fidelidad, Un gran chico), quien logró introducir momentos de humor en medio de la épica personal y contener bastante los casi inevitables pasajes con ínfulas de autoayuda.
Con algunos elementos sobre las circunstancias físicas y mentales que Strayed debió atravesar que remiten a 127 horas, de Danny Boyle, con James Franco; y a Hacia rutas salvajes, de Sean Penn, con Emile Hirsch, Alma salvaje es una suerte de road-movie a pie (cargando una inmensa mochila que es, también, metáfora de su enorme peso emocional), con los imponentes paisajes de las distintas regiones como un personaje más (y no menor) para este viaje en buena parte solitario.
Y es, por supuesto, un tour-de-force y una oportunidad única para el lucimiento de una actriz como Reese Witherspoon que se transformó de aquella adolescente que solía hacer de rubia tonta en comedias de toda índole en una intérprete madura de múltiples matices, capaz de transmitir toda la fuerza de voluntad, pero también toda la precariedad íntima de su personaje (fue nominada al Oscar por este trabajo, así como Laura Dern como intérprete secundaria).
Película de, sobre y para mujeres (los pocos hombres que aparecen son más bien tontos o directamente una amenaza para su integridad), Alma salvaje es una exploración bastante intensa e inteligente sobre esos momentos en la vida en los que hay que desconectarse por completo del mundo para luego regresar en mejores condiciones.
Bella, contemplativa y hasta emotiva de a ratos, la película de Vallée se sobrepone a su veta aleccionadora y a ciertos lugares comunes (sí, hay explicaciones y fotos de la Strayed real en los créditos finales) para convertirse, en definitiva, en una experiencia que en varios pasajes resulta fascinante.