De Jean-Marc Vallée, que el año pasado nos deleitó con Dallas Buyers Club, este año nos presenta Wild, una historia sobre la introspección, la naturaleza y el deseo de dejar el pasado atrás. Protagonizada por Reese Whitesrpoon. En esta historia, Cheryl (Whiterspoon) decide iniciar una caminata a través de un paraje, famoso entre los caminantes, de 1000 millas, ella sola y su conocimiento de la naturaleza, como medio para evadirse de todo. La muerte de su madre, los problemas con su esposo y su propia decepción de la vida.
El filme queda un poco a deber en cuanto a los motivos. Aunque los de la madre (Laura Dern) quedan claro,s los del marido no quedan definidos y pareciera poco probable sobrevivir a un viaje como ese si se tiene una inexperiencia en la materia. Vamos, no cualquiera puede iniciar una caminata de casi un mes con la determinación necesaria, pero para completarlo, hace falta mucho más que eso.
Personalmente, cada año inicio una caminata de dos días a un santuario con la familia de mi esposa, tradición que lleva en esa familia 30 años. Y aunque sean solo dos días de caminata, el cansancio pesa. A pesar del tiempo y del conocimiento, siempre existen imprevistos, aunque el viaje en si es una experiencia reconfortante para deshacerse un rato del estrés y la presión de la ciudad. Es por ello que, al ver este filme, inevitablemente recuerdo ese viaje y entiendo el proceso espiritual por el que uno atraviesa. Por estas razones, Vallée me ha desencantado aún más, por el poco realismo que se imprime a la historia. Acampar, comer al aire libre y encontrar otros caminantes nunca es cosa sencilla, y aquí nunca se pierde el glamour. Nunca tiene uno la
sensación de estar caminando, lejos de la civilización y en compañía de uno mismo. La actuación de Whiterspoon no es mala, pues es quien está el mayor tiempo en pantalla, pero los secundarios como Dern quedan muy olvidados y creemos que para una nominación a actriz secundaria le faltaba mucho más (incluso en Bajo la Misma estrella, drama juvenil, tiene más peso que acá).
Para la joya que nos regaló, especialmente en cuanto a actuaciones se refiere, Wild queda muy lejos de lo que se pretende: una experiencia de vida en compañía de la naturaleza.