Llevar adelante una buena comedia romántica no es tarea tan fácil como cualquiera pensaría. Hacer reír, emocionarse y a la vez identificarse con los personajes resulta muchas veces un desafío mayor a cualquier otro género cinematográfico.
Fernando (Fernando Larraín) está casado con Alma (Javiera Contador), una mujer sumamente divertida pero que sufre de trastorno bipolar. Ella lo echa de la casa donde viven ya hace años porque se entera que él ya no la soporta y le da vergüenza. Alma conoce a un pretendiente argentino y hace que Fernando descubra que ama a su mujer. Pero ella ya no está tan cerca como él espera.
El elenco de Alma es el mismo que llevó adelante la versión chilena de Casado con hijos, también dirigida por Diego Rugier. Y en Alma se nota que mucho de lo que funciona es gracias a la química entre los actores. Además de que Javiera Contador es encantadora y dota a su personaje de mucha gracia. Por su parte Fernado Larraín, logra convencer como un hombre arrepentido y enamorado, pero en muchas oportunidades resulta hasta molesto. Nicolás Cabré actúa más como una participación especial dentro de todo el embrollo, y lleva bien adelante el personaje del típico argentino langa.
La historia es un conflicto básico que podemos encontrar en la comedia romántica y que si bien no nos entrega muchas escenas de buena comedia (a veces se asemeja más a una sucesión de sketchs para televisión), sí mantiene el ritmo. Su director Diego Rugier fue director de varios video clips, lo cual lo hace notar en el film al momento de acercarlo visualmente al video musical con una estética muy pop, con colores chillones y una banda sonora que transita lo romántico con ritmos contemporáneos, a cargo de dos reconocidos músicos del país vecino: Pablo Ilabaca y Camilo Salinas.
Probablemente lo más débil de Alma sea que no se acerca al tema de lo maníaco depresiva que resulta ser la protagonista y queda en una anécdota a lo largo del film. Pero tampoco fue la intención de esta película al momento de escribirse. Alma es una comedia liviana (muy al estilo Me casé con un boludo) donde la efectividad radica en la buena calidad técnica, el ritmo que no logra aburrir y las actuaciones que no contrastan unas de otras.
El film de Diego Rougier se convirtió en el segundo más visto del 2015 en Chile con 198000 espectadores, y si bien se aleja mucho de la Nueva Comedia Americana, en épocas de tantas malas noticias, no está de más darse una vuelta por el cine para verlo y muy seguro nos sacará varias risas.