Cuarta entrega de la franquicia, público que se renueva (la entrega anterior ya fue hace unos años) y el mismo clima de aventuras al que ya estamos acostumbrados. Las ardillas son muy esperadas siempre en el gran país del norte y aquí también aportan su presencia a la hora de sumar propuestas familiares en cartelera (que no abundan, convengamos). Ya a esta altura, el escenario está dispuesto y sabemos bien que esperar de ellas, ternura, travesuras y mucha música, elementos que siguen presentes en este "road trip".
Nuevo director (Walt Becker) que llega para conservar el espíritu de la serie, esta vez decididamente volcado a un estilo de road movie quizás con más ritmo que la última aventura ¿Es esta una cinta que garantice un buen momento para los pequeños de la familia? La respuesta es, afirmativa. Las ardillas son acompañadas por un elenco que no descolla, pero cumple su labor de entretener y divertir a los peques de la familia sin mayores complicaciones.
Hay que convenir que encontrar buenos guiones en el cuarto episodio de cualquier saga no es tarea sencilla. Más en una cinta donde todo gira en torno a tres ardillitas parlantes que viven con un productor musical. Pero digamos que, con mucha simpatía y momentos de humor físico, se las arreglan bastante bien para arrancar alguna carcajada en la platea menuda.
La historia se centra, como siempre, en su relación con su tutor-papá (Jason Lee), quien sigue produciendo artistas y atendiendo a nuestras protagonistas como parte de su familia. Sin embargo, Dave (Lee) trabaja mucho y encima, se ha puesto de novio. Esta situación alarma a las ardillas, pero mucho más cuando descubren que la flamante novia de su papá, Samantha (Kimberley Williams-Paisley) tiene un hijo, Miles (Josh Green) dispuesto a hacerles pasar malos momentos. Alvin, Simon y Teodoro sufren este acercamiento y la cosa se complica peor cuando encuentran un anillo de compromiso entre las cosas de Dave: o se organizan junto a Miles para detener la posible boda, o deberán aceptar ser familia siendo que no se llevan nada bien.
Como la pareja se ha ido a Miami , la banda decide ir a sabotear esa propuesta y parte, en principio por vía aérea, a detener a Dave. Miles participa con ellas del plan y se suma a la aventura de recorrer muchos kilómetros para impedir esa unión. El tema es que lo del avión sale mal, y el grupo se ve obligado a ir por tierra hasta la costera ciudad.
El recorrido es divertido. Hay muchos cuadros musicales y coreografías para que la familia pase un buen momento. También hay cameos de jóvenes actores y algún momento de reflexión hacia el final de la historia. Nada demasiado profundo, pero siempre rescatando el valor de la unidad entre Dave y sus protegidas.
"Alvin" es ideal para el público de corta edad y si son padres, tios o abuelos, esta entrega no se les va a hacer pesada. Dato, que importa y mucho a la hora de elegir que ven los chicos. Aprueba con lo justo, sólo si van peques a sala.