Una telenovela histórica
A esta altura ya se podría hablar de un género nuevo cuando un director utiliza la figura de un artista como punto de partida para contar una historia de amor que sea de interés para el público con sed de chismes históricos. Amadas hermanas (Die geliebten Schwestern, 2014) viene a engrosar la lista sin destacarse entre otras producciones con la misma temática.
Con una prolífica producción televisiva a cuestas, el alemán Dominik Graf entrega Amadas hermanas, un relato ficcional que toma la figura del célebre escritor Friedrich Schiller para la historia de un trío amoroso a finales del siglo XVIII.
Junto a Johann Wolfgang Goethe, Schiller es considerado uno de los dos exponentes más notorios de la literatura alemana en un período convulsionado que se caracterizó por marcar el nacimiento del clasicismo y el romanticismo al calor de los cambios políticos cuya expresión más sangrienta se vivía en Francia.
Graf dejó de lado la amistad de estos escritores, que apenas se menciona en los 170 minutos, para darle espacio a la relación entre Schiller y dos hermanas pertenecientes a la aristocracia que han caído en la desgracia financiera luego de que su padre pereciera. En este contexto, la menor de ellas se enamora de Shiller y de su apasionante retórica oponiéndose a las intenciones de su madre, una señora que no acepta su nueva condición y quiere volver a aquella vida de opulencia.
El conflicto surge cuando su hermana, casada con un militar de buena posición, también cae rendida ante los encantos de Schiller. Lo que primero empieza como un juramento de compartirlo todo entre ellas, incluso al hombre en cuestión, deviene en celos y el inevitable alejamiento. En este punto, Amadas hermanas abraza al melodrama dejando de lado al costado más trágico de la historia para convertirse en un soporífero collage de secuencias que parecen provenir de una publicidad de perfumes.
El director se mueve cómodo en un formato que se acerca más al televisivo que al cinematográfico y utiliza algunos recursos más que interesantes como romper la cuarta pared para ilustrar los cambios epistolares entre los protagonistas y una voz en off omnipresente que nos ubica en los diferentes sitios donde transcurren los acontecimientos.
Sin embargo, esto no es suficiente y Amadas hermanas resulta un relato redundante y aburrido. El director pretende crear un paralelismo entre la historia que narra en el film y la obra de Shiller y a la vez traducir en imágenes parte de su pensamiento pero queda solo en el terreno de la intención y descuida a los personajes. Estos no logran generar sentimiento alguno ni con el guión ni mediante la utilización de la música, apenas perceptible.
Luego de casi tres horas, la mejor conclusión es que, para conocer a Schiller, es recomendable acercarse a su obra escrita y no quedarse con un film que se asemeja a una telenovela con aires de grandeza poética.