Debo decir que entré a sala con mucha expectativa, la perspectiva de ver una historia de dos mujeres, hermanas, enamoradas del mismo hombre, siendo este nada menos que Friedrich Schiller, gran exponente de las letras alemanas del siglo XVIII. prometía. Dominik Graf, quien nos trae su tercer largo (hace más de diez años que está con proyecto televisivos en su país natal desde "Der Felsen" en 2002), elige un camino no tan atractivo, para caracterizar un drama romántico de época, fatalmente extenso.
Como cineasta, se toman decisiones en virtud de la idea que se quiere transmitir. Seguramente Graf se interesó no por desarmar lo visceral de la situación sentimental desde la pasión misma (un triángulo inaceptable para cualquier época) sino por la transgresión desde lo social y la descripción de un cuadro familiar, complejo y desbalanceado. En esa vuelta, nuestras hermanas transmiten su historia, con un particular y apagada letanía, algo extraño para el voltaje que uno espera de dicha situación.
La trama es la de dos hermanas (una casada y la otra no), Charlotte (Henriette Confurius) y Caroline (Hannah Herzsprung) que van a caer rendidas ante el joven y pobre (no tenía recursos económicos en esos tiempos), Schiller (Florian Stetter). Y si bien en esos tiempos había cierta apertura y toma de riesgos, no era para que un triángulo pasara desapercibido...
Nuestro joven poeta realmente se enamora de las dos, y una vez que las condiciones están dadas, genera el acuerdo de compartir el espacio y la relación, los tres juntos, en una salida que ya sabemos no es de fácil aceptación.
La dirección de arte y vestuario, por supuesto, está acorde a una gran producción. La banda de sonido acompaña con acierto pero aún así, la aguja apenas mueve el amperímetro. Inexplicablemente "Amadas hermanas" es una historia sin erotismo. Palabras, cartas, gestos, son marcas de lo vivido, pero no mucho más. Los protagonistas desfilan con prestancia pero sin buenas líneas para compartir y todo se hace lento y demasiado simple, con pocos puntos de interes para el espectador.
Llama la atención que los planteos sociales y culturales, (la llegada de la imprenta, por ejemplo) y las discusiones entre la burgesía, no logran tampoco hacer despegar el film. Además, tampoco se profundiza la veta física de la concreción, con lo cual todo termina en un ejercicio descriptivo prolijo, pero sin alma. Los paisajes son hermosos, pero no aportan más que fondo.
El cine alemán tiene exponentes intensos en corrientes nuevas, pero en esta oportunidad creemos que no se encuentran presentes aquí. Lejos de lo esperado, "Amadas hermanas" luce poco flexible y fría. Sólo para fanáticos del cine europeo.