Debo confesar haber seguido todas las entregas, y haber leído los libros para poder encontrar esa adaptación en la pantalla grande. Si bien los libros tienen buenos matices, y en algunos logré compenetrarme mejor que en otros, en la película nunca me pasó eso.
El film comienza donde lo dejó la anterior entrega de la saga. Bella ha dado a luz a su hija Renesmee, y ha concluido su transformación en vampira. Ahora deberá aprender sobre su nueva naturaleza, ¿tendrá algún poder como el resto de los vampiros? ¿siendo una neófita podrá controlar su sed de sangre ante su propia hija medio-humana? Los acontecimientos se precipitan y un grave peligro se cierne sobre la familia Cullen al completo cuando la existencia de una niña vampira llegue a oídos de los Vulturi. Existe una ley para los vampiros que prohibe a todos los clanes convertir a niños, ya que éstos son difíciles de controlar y han generado auténticas masacres a lo largo de la historia poniendo en peligro a su vez la secreta existencia de los chupa sangre.
Desde la primera, hasta la anteúltima nunca me había emocionado o entretenido con escenas puntuales. Y si bien cabe remarcar que algunas fueron muy bien adaptadas, esta supermaquinaria comercial de “Crepúsculo” estaba muy bien dirigida a su público (adolescentes en plena efervescencia hormonal que se descubren como los personajes de la película).
En este caso, “Amanecer – Parte 2” comienza bastante floja. Con una introducción muy diferente a las otras películas y bastante larga para mi gusto, y una narración bastante densa y sin muchos altibajos. Por otra parte, la esperada Renesmee (la bebé de Bella y Edward) termina de frustar esa esperanza.
La animación que utilizaron para los gestos y el rostro de la bebé es patética. Si, como leyeron, PATÉTICA. Estamos ante una película con un gran presupuesto y buenas escenas de animación, y no tuvieron el detalle de jugarse y cuidar ese aspecto.
Por otra parte, el relato lineal y la falta de conflictos y personajes fuertes nos llevan a esperar una película bastante pesada. Sin embargo, luego de conocer a todos los vampiros que serán testigos para enfrentar a los Volturis, la película da un giro interesante y nos muestra una pelea final con todas las de la ley.
Es que la saga se merecía un final así. Después de 5 películas esperando un buen enfrentamiento, debemos reconocer que los minutos que dura esta pelea nos tienen en vilo a todos. La tensión, las cabezas que ruedan y algunas muertes tristes surten efecto para darle el cierre que se merecía.
De las actuaciones mucho no podemos decir. Una pareja que tiene mucha química (Stewart y Pattinson) y el destacado es, sin duda, Michael Sheen en el papel de Argo, un vampiro detestable.
La media hora final le da el cierre que todos esperaban a esta saga, que en términos económicos aportó más que en términos cinematográficos.