Los años en la mira
Amante Accidental es una comedia romántica justamente con esos dos componentes: humor y romanticismo, donde el director y guionista Bart Freundlich escogió a Sandy, una madre moderna ocupada con las tareas cotidianas y abocada de lleno a sus dos hijos, Catherine Zeta Jones, que viven en las afueras de la ciudad en un barrio y un hogar soñado.
Pero la trama da inmediatamente un giro cuando en forma accidental, revisando unos videos, encuentra a su marido con una de sus amigas. Sin mucho para pensar, en busca de cambio, deja esa vida detrás y viaja con sus hijos a la gran ciudad.
Está ciudad la espera con la suma de otras más obligaciones y riesgos. Se las verá sola, muy segura de sí misma, pero frágil a la vez y, con cuarenta años recién cumplidos buscará trabajo y donde vivir con sus hijos.
En esa búsqueda conocerá a Aram Filkestein (Justin Bartha) un joven veinteañero, que si bien se encuentra diplomado, trabaja en la cafetería que se encuentra debajo de su departamento.
Está relación que comienza como una amistad, sigue con el pedido de Sandy en ofrecerle a Aram que cuide de sus hijos y lo que continua es fácil de imaginar.
Aram se siente parte de la familia, el vinculo que se ha generado es muy grande, pero las diferencias de edades para la protagonista pasó de ser algo gracioso a pesarle fuerte y deberá decidir qué hacer con esta relación que se parece mucho al amor.
Con algunos momentos flojos o que no se cerraron bien en la historia, la película resulta muy llevadera, además de no ser muy extensa, que es un punto a favor a la hora de hacer una comedia para no perder el ritmo.
Enredos, risas, reflexiones e hijos de por medio dan una pantallazo de una realidad que hoy se ve más cotidianamente y que asombra a muy pocos. Diferencias de edades, de creencias, de culturas, de sexos o sociales ya no son un impedimento frente a los otros, sino muchas veces hacia uno mismo. Quizás sea lo que Bart Freundlich, el director, propone contar en esta historia de humor y amor.