Toda rodada en blanco y negro, la historia gira mostrando los distintos momentos que viven tres protagonistas: un profesor de filosofía de la Universidad Gilles (Éric Caravaca), hace poco tiempo que esta conviviendo con la joven Ariane (Louise Chevillotte), su alumna e inesperadamente llega la hija de Gilles, Jeanne (Esther Garrel, es la hija de Philippe Garrel), para quedarse con ellos porque su novio la echó.
En este film refleja el amor, la fidelidad, los celos, el deseo sexual, infidelidades, autoengaños, enojos y el desenfreno, entre estos tres seres que viven al borde de distintas crisis, y comienza a estar presente la amistad y la convivencia entre Jeanne y Ariane y una relación algo extraña; por un lado entre la hijastra y madrastra, ambas tienen 23 años, van surgiendo ciertas incomodidades.
Se van creando buenas atmosferas, climas y es intimista, fascinante. Varias escenas son como una pintura no solo de buen gusto, planos y contraplanos refinados, diálogos inteligentes, un humor sutil, tierno, armonioso, y pasional.