Un thriller que bebe del cine de Hitchcock y De Palma con resultados irregulares, pero con varios atractivos.
La ópera prima de este reconocido productor (Fase 7, La vida de alguien) es de esas propuestas sobre las que es muy difícil escribir. No porque la película sea particularmente intrincada o compleja, sino porque contar demasiado (diría contar solo un poco de la trama) le quitaría buena parte de su atractivo y su razón de ser. Sin ir más lejos, uno de los personajes centrales muere al completarse el primer tercio de la narración (sí, a-lo-Psicosis, de Alfred Hitchcock). Así que el lector disculpará que se hable aquí de manera algo superficial y sobre generalidades. No será la primera vez.
Estilizado y por momentos preciosista, Amateur es un thriller psicológico con fuertes elementos eróticos (que bordean lo perverso) con sangrientos asesinatos a puro gore, mujeres fatales, porno casero, voyeurismo y algunos toques de film noir. Las referencias cinéfilas son múltiples, pero la sombra de Brian De Palma sobrevuela todo el relato.
La película tiene sus atractivos (sobre todo en sus climas visuales) y mantiene cierto interés con revelaciones y vueltas de tuerca que se van dosificando durante el transcurso de la narración, pero por momentos da la sensación de que no termina de conseguir la fluidez necesaria. Algunos parlamentos, ciertas situaciones extremas, algunos detalles demasiado subrayados hacen que la experiencia resulte a veces un poco forzada.
De todas maneras, la presencia de intérpretes de renombre ( Alejandro Awada, Esteban Lamothe, Jazmín Stuart y Eleonora Wexler) y la elegancia en términos formales terminan haciendo de Amateur un digno exponente de género.