La fuerza del cariño
Amateur es una película rara en ambos sentidos, en tanto es extravagante, pero también única. Es una película de género, de las que cada vez hay más en el cine nacional, pero lo es de manera completamente distinta. La dirige Sebastián Perillo, que tiene bastante experiencia como productor, incluyendo otro hermoso film de género: Fase 7. Y no carece de falencias, con algunos problemas de guion y escenas resueltas, desde lo formal, con cierta torpeza. Pero lo que la destaca, lo que la separa del resto y con lo que logra su encanto, es la absoluta afección por el género, por el cine en general, que demuestra.
Martín (Esteban Lamothe) trabaja en un canal de televisión y tras encontrar un video oculto, se obsesiona con su vecina, Isabel (Jazmín Stuart). Ella es pareja de un tipo turbio (Alejandro Awada), también hay una encargada metiche (Eleonora Wexler) y un policía medio inepto (Daniel Kargieman). Después hay persecuciones, intrigas, sexo y alguna que otra muerte sorpresiva. Toda esta trama de crímenes y obsesiones, que homenajea mucho a De Palma, se desarrolla con total compromiso de director y actores. No hay distancia irónica, nada de jactarse de su propia cinefilia o hacerse los piolas (como en Kryptonita). Todos los involucrados entienden las reglas del juego y se entregan de lleno al pastiche, particularmente Kargieman y Stuart, una de las presencias más cinematográficas, más fascinantes, del cine nacional contemporáneo.
Esa apuesta por el afecto honesto, ese emular sin soberbia es, hoy en día, toda una jugada de riesgo. Y es gracias a ello es que Amateur logra elevarse por encima de sus problemas y entretener sin culpas ni altanería.