El aspecto melancólico del género noir encaja muy bien con ese porteño tanguero tan romantizado de la Capital Federal. El policial, evolución necesaria para este estereotipo, permitió que esos valores, algunos ya en desuso, vuelvan a hacerse presentes (y vendan muchas entradas y ejemplares) en este lado del mundo. Cualquier evolución de este tipo, sin embargo, viene también con cambios de imagen, y casi exclusivamente impulsado por la estética de Drive (2011) el neon y el policial se volvieron buenos compañeros de pantalla. Al cine argentino también le tocó hundir el pie en estas aguas, y Amateur es el resultado.
Martín (Esteban Lamothe) trabaja en un canal de televisión. Luego de tener algunos problemas con su mujer, se muda a uno de los departamentos de Battaglia (Alejandro Awada), dueño del canal. Cuando le asignan la tarea de catalogar material viejo en su trabajo, encuentra un video pornográfico en el que la actriz resulta ser Isabel (Jazmín Stuart), la mujer de Battaglia. Luego de seguirla obsesivamente concretan un encuentro amoroso que revela información terrible. Cuando la encargada del edificio (Eleonora Wexler) descubre este secreto, generará una bola de nieve que complicará a todos a su alrededor.
Para producir Amateur se mezclaron un director primerizo pero con mucha experiencia en producción, Sebastián Perillo, y una guionista recibida de la Universidad del Cine, Lucila Ruiz. La elegancia que decidieron aplicarle a todos los aspectos artísticos de la película se traslada perfectamente a las performances de los actores. Todo es misterioso, nadie revela demasiado y esto es parte indispensable de un policial.
Esteban Lamothe y Jazmín Stuart tienen muy buena química y el gran desempeño de Alejandro Awada se dosifica en las medidas justas que la trama requiere. Es especialmente bueno el trabajo de Daniel Kargieman, y el papel que se le dio, aún mejor. El personaje de Eleonora Wexler es el que junta todas las historias, pero la suya propia es importante también. La música que encierra sus performances, potente y llena de personalidad, es lo que termina de pulir esta imagen de neón que tan bien le queda a un policial como Amateur.
A pesar de los aciertos, el guión está todavía a un pasito de llegar a la calidad que su estética tan bien realizada sugiere. Algunas relaciones protagónicas están definidas muy vagamente, algo que termina por negarle a uno esa satisfacción única que da ver un policial resuelto, algo que podría haberse arreglado en 5 minutos más de película. Sin embargo, los ritmos están manejados perfectamente y la inclusión de un comic relief, ese personaje que le saca la seriedad a todo, termina de darle al guión de Amateur un estilo casi extranjero y muy bien logrado a pesar de algunos pequeños percances a la hora de justificar lo que pasa.