Una de terror que ya conocemos
A los pocos minutos de iniciada esta olvidable película dirigida por Andrew Traucki, ya podemos adivinar todo el derrotero que los protagonistas sufrirán a merced de un gigantesco cocodrilo.
Amenaza bajo el agua: No podrás escapar (Black Water Abyss, 2020) es una producción de origen australiano que ofrece una trillada propuesta en donde los vínculos entre los protagonistas atrapados en una cueva, generarán más tensión que los propios golpes de efectos y estridencias con los que el guion busca sorprender al espectador.
Cinco sujetos se sumergirán en una aventura que no esperaban al quedar encerrados en un sistema de cuevas profundas, en donde la adrenalina de la expedición se convertirá en una pesadilla al verse imposibilitados de salir por una inundación.
Para sumar pesares, el guion, que en un primer momento busca crear diferentes capas narrativas a los personajes -secretos, enfermedades, misterios- comienza a sumar lugares comunes y situaciones trilladas.
A partir de la incorporación de un gigantesco reptil asesino, se terminará por configurar el desarrollo narrativo obvio, predecible, de una aburrida y fallida propuesta que ni siquiera merece una oportunidad como consumo irónico.
Es curioso que en otros tiempos, el cine australiano se nutría de su folklore. El tema “cocodrilos” impulsó historias de aventuras originales en las que, por ejemplo, creó un sistema propio de estrellas con Paul Hogan a la cabeza, en su inolvidable Cocodrilo Dundee (1986). Producción que reforzaba elementos de la idiosincrasia australiana para posicionar una cinematografía que funcionaba exitosamente en el consumo interno, pero no hacia afuera.
Aquí, al intentar sólo cumplir con los mandatos de una industria cinematográfica foránea, se funde en la cada vez más homogénea y estéril industria del cine, construyendo un relato fallido que se pierde la oportunidad de ofrecer algo novedoso para su audiencia.