A merced del océano.
Sin profundidad ni empatía con la historia y su protagonista: la incertidumbre, y una sensación de claustrofobia, son el corazón que da forma a este film que suma unas criaturas al estilo Alien: el octavo pasajero (1979), pero esta vez debajo del mar, aunque menos creíble. Ofrece buenas postales audiovisuales, pero no construye buenos personajes ni una historia atrapante.
En Underwater (2020), del director William Eubank, seguimos al capitán (Vincent Cassel) y a su tripulación de científicos, atrapados en una instalación submarina que se está inundando a gran velocidad como consecuencia de un terremoto. Su única oportunidad para sobrevivir es caminar a través del suelo marino hasta una lejana plataforma petrolífera abandonada. Además de los retos físicos que implica el viaje, descubren rápidamente que están siendo cazados por depredadores marinos míticos y monstruosos, dispuestos a matarlos.
Bajo una dirección bien ejecutada, la sensación de encierro en un lugar en el que somos intrusos, está muy bien lograda. En cuanto al guión, cae en lugares comunes y situaciones predecibles, lo cual es desalentedor. Confunde al espectador al contar en el reparto con Vincent Cassel y que el actor galo no sea el protagonista; de todas maneras Kristen Stewart realiza una buena interpretación, aunque sin una verdadera motivación. No son convincentes sus destrezas bajo el agua, pero esto es un problema del guionista. Stewart responde con compromiso a lo que se le pide, por eso su personaje funciona. Los diálogos son débiles en general y por ciertos tramos algo ridículos, al igual que ciertas situaciones innecesarias. Es de destacar la atractiva fotografía y desde ya, la música, sonidos y locaciones que generan una atmósfera atinada para que el espectador sienta suspenso, terror y acción. El diseño de los trajes son más espaciales que submarinos, muy grandes, mecánicos y robotizados.
Es un film más que no aporta novedades. Visual y técnicamente muy bien lograda. Sin embargo, va directo a la acción, no conocemos a los personajes o muy al pasar. Esto logra que no nos conectemos con ellos, no empatizamos, y con algo de suerte, solo con su protagonista. Por momentos, se escapan algunas carcajadas entre el suspenso y la acción, debido al exceso de casualidades y malas desiciones humanas. Una película algo bizarra, que tiene sus momentos, pero finalmente no termina de presentar una verdadera amenaza.