Underwater, tal su nombre original en inglés, llega con un título en español de esos que el espectador siente que ya ha visto mil veces (Terror en lo profundo -Shark Night-, Alerta en lo Profundo -Deep Blue Sea-, y un largo etcétera). Esto es culpa de los traductores, claro, y no del director. Pero lamentablemente una vez comenzada la película, esa sensación de “ya visto mil veces” queda y, ahí sí, la responsabilidad es total del autor.
Amenaza en lo profundo inicia con una serie de planos que remiten lejanamente al Solaris de Tarkovski (vaya insulto), para luego explotar en acción y apostar por un suspenso/terror/acción que se estanca entre las obvias referencias al Alien de Ridley Scott y su multiplicación en los Aliens de James Cameron. La subvalorada Event Horizon también sobrevuela las referencias, mientras que, por su naturaleza submarina, el otro film que viene a la mente le pertenece de nuevo a Cameron: El abismo. Todas estas citas en forma de hipervínculo (roto) convierten a esta película de William Eubank (The Signal) en un ejercicio cinematográfico meramente aspiracional. Hay un poco de esto, un poco de aquello, y al final lo que queda es mucho de nada.
Kristen Stewart, quien ha sabido ciertamente elegir mejor papeles en su historia relativamente reciente (véase, por ejemplo, Personal Shopper, de Olivier Assayas), aquí se muestra deslucida, sin ganas ni presencia, con un papel a cuestas que la obliga a imitar la Teniente Ripley, pero sin carisma ni interés alguno por su personaje. Lo poco que hay de argumento se limita a explicar que, tras excavar innecesariamente el fondo del mar, “algo se vio alterado” y aparecieron así una serie de “nuevas especies” (léase, “monstruos”) con hambre y sed de destrucción. Los tripulantes que quedan vivos en una estación submarina maltrecha deben lidiar con el horror, la tensión (inexistente del otro lado de la pantalla) y el misterio, mientras que el espectador por su lado debe hacerlo con el tedio, el mal humor y la frustración de ver una y mil veces lo mismo.