No es parodia... pero parece
Esta remake del film homónimo de 1984 dirigido por John Milius (sobre una invasión soviética con ayuda cubana y nicaragüense) es tan mala que por momentos genera ternura, su propuesta es tan burda que resulta involuntariamente graciosa, como si fuese algo así como una parodia a-la-Capusotto de una película bélica.
Ya el punto de partida de esta nueva versión es inverosímil: los norcoreanos invaden un pueblo de los Estados Unidos (como si fuera tan fácil… y encima el resto del país ni siquiera acude a su ayuda) y son dos hermanos –que ven cómo su padre es asesinado a sangre fría por un sádico militar del ejército extranjero– quienes liderarán la resistencia al mando de un grupo de inexpertos jovencitos. Los protagonistas (¡que ni siquiera se parecen entre sí!, uno es grandote y rubio y el otro bastante petiso y morocho) demostrarán su valentía en una película que parte de la paranoia social y termina exaltando el patrioterismo (banderas flameando, discursos chauvinistas).
Berretada ochentista reciclada para la ocasión (hay algo del espíritu de Rocky mezclado con el cine de John Carpenter, pero a años luz de ambos referentes), Amenaza roja sería -con suerte- un directo a video si no tuviese como uno de los héroes al galán Chris “Thor” Hemsworth. Por lo demás, más allá de cierto “profesionalismo” en sus escenas de acción, esta ópera prima de Dan Bradley (veterano doble de riesgo) es absolutamente prescindible y descartable.