Resistencia intolerante
Si había algo de maravilloso que tenían las películas de invasiones extraterrestres de la década del ’50, era la vuelta de tuerca intergaláctica que utilizaban los relatos para hablar de la guerra fría. La amenaza que representaba la Unión Soviética para los Estados Unidos, estaba presente en tales producciones. Los “marcianos” eran los “rojos”, entiéndase comunistas, que venían a invadir con sus ideas y poner en crisis así, valores y tradiciones norteamericanas.
Amenaza Roja (Red Dawn, 2012), es una remake del film homónimo de 1984, realizado en plena “era Reagan”. Época particular para el cine de Hollywood porque, el presidente republicano había denominado públicamente a la Unión Soviética como “el imperio maldito”, hecho que se vio reflejado en infinidad de films, ya no de ciencia ficción sino del género de acción, con colosos luciendo sus músculos y enormes armas enfrentándose a ejércitos enteros, sean de vietnamitas o rusos, según el caso.
La pregunta del millón es ¿porqué hacer una remake hoy en día de Amenaza Roja? La respuesta que ya vimos reflejada este año en Ataque a la Casa Blanca (Olympus Has Fallen, 2013) parece continuar. Por un lado queda evidente la necesidad de los Estados Unidos de encontrar un enemigo para fortalecer su tan anacrónico patriotismo. Por el otro, mostrar su poder imperial y armamentista frente a cualquier otra nación que aspire a fortalecerse militarmente. Los últimos conflictos diplomáticos con Corea del Norte parecen ser la excusa perfecta para reflotar el odio rojo.
Lo curioso –y predecible a la vez- sigue siendo que jamás se hace mención a la ideología en la película. Hollywood sigue apelando a un cine superficial, vacío de contenido e ideología, que recupera las formas del pasado para refritar discursos anacrónicos en el presente. Amenaza Roja habla de familia para referirse a la nación, de defenderse para justificar la política armamentista, y de banalidades cuando se le tiene que encontrar un sentido al sacrificio humano en una guerra.
La película no es otra cosa que un film de reclutamiento liso y llano -y trillado-, con ideas viejas y ningún tipo elaboración de motivos que justifiquen lo que vemos en pantalla. Sigue la estructura de un film de invasión extraterrestre, con los norcoreanos cayendo del cielo literalmente (en paracaídas y disparando a la población). “No vienen en son de paz” falta decir, para entender porqué hay que aniquilarlos ni bien se pueda.
Amenaza Roja se construye desde el ridículo como una fantasía beliciosa donde quedan en claro dos cuestiones: la intolerancia americana frente a cualquier tipo de organización social diferente al capitalismo, y que, llegado el caso, sus recursos de resistencia son tan criminales cómo los de cualquier terrorista.