Amenaza roja es la remake de un ícono del cine de acción que en 1984 terminó en el libro de los récords Guinness (Ver reseña).
Un delirio total de Kevin Reynolds (el director de Robin Hood, príncipe de los ladrones) y John Millius (Conan, el bárbaro) que no dejó de ser un retrató de la paranoia que había por aquellos días en tiempos de la Guerra Fría.
Algo notable es que a casi 30 años del estreno del film original todavía hay aparatos en la crítica de cine que le pegan a esta historia porque el conflicto "no es muy creíble".
Es una maldita película de acción que juega con la idea de una Tercera Guerra Mundial, no un drama social de Ken Loach. No es tan difícil de entender.
Qué importancia tiene si la trama que presenta nunca podría ocurrir en la vida real.
Lo cierto es que esta nueva version no es tan terrible como habían anunciado en la prensa norteamericana.
Tiene cosas que están mejor trabajadas que el film original y otras que no.
Vamos con los aspectos positivos.
El comienzo y la presentación del conflicto son mejores que la versión de 1984 porque nos permite conocer un poco más a los protagonistas antes de la guerra.
La producción de John Millius no le daba tiempo al espectador a conectarse con los personajes principales y a los dos minutos del film estallaban los tiroteos y las masacres.
Acá la relación de los hermanos Eckert está mucho mejor trabajada desde los aspectos emocionales y los actores Chris Hemsworth y Josh Peck en este punto hicieron un mejor trabajo que Patrick Swayze y Charlie Sheen. Aunque esto también fue responsabilidad de Millius que no le dió tanto espacio a la relación de los protagonistas.
Por otra parte, los invasores, que en este caso provienen de Corea del Norte, fueron trabajados con mucha más dignidad que los acartonados comandos rusos y cubanos de la película anterior, que era impresentables.
Los soldados coreanos acá no dan vergüenza ajena y fueron retratados con más seriedad.
Las secuencias de acción están buenas y hay algunos giros sorpresivos en la trama que estuvieron muy bien ejecutados.
Los elementos negativos.
La gran decepción de esta película para mí es el lamentable trabajo que hicieron con los personajes femeninos, que además desperdiciaron la presencia de dos bellas actrices como Adrienne Palicki e Isabel Lucas.
En el film original las protagonistas, Lea Thompson (Volver al futuro) y Jennifer Gray (Dirty Dancing) eran adolescentes comunes que vivían situaciones terribles y la guerra terminaba cambiando sus personalidades.
Al final se convertían en mujeres guerrilleras que demostraban tener una fortaleza mayor a la de sus colegas masculinos.
En la remake los principales personajes femeninos quedaron relegados a ser la novia de los protagonistas que siempre están en apuros. De terror.
La película en términos generales es mucho menos oscura y deprimente que la original y por eso no está a la altura de la primera Red Dawn.
El acto final desde un punto de vista argumental también es mucho más débil que la producción de los ´80.
Más allá de estas cuestiones, dentro de todo se deja ver y los productores por suerte no cayeron en el patrioterismo barato que tuvo la reciente Ataque a la Casa Blanca, que tenía momentos completamente patéticos.
El film de John Millius sigue siendo mejor pero la remake zafa y no es tan terrible.