Amenaza comunista
En 1984 se estrenó Red Dawn, la exitosa película dirigida por John Milius que lanzó las carreras de los jóvenes Patrick Swayze y Charlie Sheen. En aquel film se podía ver cómo una poderosa fuerza compuesta por tropas soviéticas y cubanas invadía los Estados Unidos; y para contrarrestar dicha invasión emergía un pelotón de guerrilla denominado Wolverines. Hoy, a casi 40 años de su estreno, el ignoto Dan Bradley dirige la remake de la citada obra que ahora cuenta con los ascendentes Chris Hemsworth y Josh Hutcherson como máximos protagonistas.
Amenaza Roja vendría a tomar la premisa de aquélla para aggiornarla a nuestros tiempos. Ahora el malo de turno no es la Unión Soviética, sino Corea del Norte y Rusia. La realidad es que ese "acondicionamiento" de la historia es quizás el factor más determinante para que el visionado de este film sea una experiencia terrible. En la década del 80 había una corriente en Hollywood que se encargó de dejar en claro que los soviéticos eran los villanos y ellos eran los encargados de establecer el orden a nivel mundial. Más allá de que ese espíritu sea similar al de la Amenaza Roja actual había un "no sé qué" en aquellas películas (que tienen como exponente más hermosamente zarpado a Rocky IV) que las hacía completamente adorables.
En aquel momento había un "peligro latente" sobre una posible Tercera Guerra Mundial por las malas relaciones de los dos gigantes del mundo y era esa sensación de peligro real lo que hacía un poco más comprensible o justificable el lanzamiento de munición panfletaria por parte de Hollywood para propagar y fortalecer el nacionalismo. En cambio al día de una nueva Gran Guerra o en su defecto una incursión extranjera al país del norte no parecen acontecimientos tan cercanos como para tener que reflotar este tipo de propuestas que vienen en el mismo tono que Ataque a la Casa Blanca (Olympus Has Fallen) o Invasión del Mundo. Batalla: Los Angeles (Battle: Los Angeles), algo que a priori parece diferenciarse a fuerza de autoconciencia y humor El Ataque (White House Down) de Roland Emmerich. También el hecho que en este nuevo milenio los Estados Unidos hayan invadido Afganistán, Irak, Haití, Libia o la inminente posibilidad de un bombardeo de Siria le juega muy en contra a la empatía que uno pueda llegar a sentir de que el pueblo estadounidense triunfe por sobre cualquier fuerza que lo invada. Entonces al no apreciarse ni la más mínima intención de que el oprimido resulte victorioso es imposible poder "convencerse" de cualquier historia, secuencia de acción o interpretación que se le ponga delante.
Chris Hemsworth la rema a pleno, pero frases como "Cuando estuve en el extranjero, éramos los buenos. Imponíamos orden" terminan por dilapidar cualquier buena intención de su parte por intentar generar empatía. Más allá de esto el carismático actor de Thor y también Josh Hutcherson cumplen en sus roles, mientras que las bellas Adrianne Palicki e Isabel Lucas son meras figuras decorativas que sólo aportan un innecesario "romanticismo" (innecesario por no sumar absolutamente nada en la trama) con los dos hermanos y algún que otro tiroteo. Por último queda el joven Josh Peck que tiene una actuación sin matices que exclusivamente cuenta con un insoportable gesto de situación con ceño fruncido continuo a lo largo de toda la película.
Amenaza Roja cae presa de su propia telaraña. El largo historial de invasiones de los Estados Unidos le termina jugando en contra a un film demasiado patriótico, panfletario y excesivamente manipulador tratándose de la potencia mundial militar más grande del mundo.