Melancólica Adolescencia
¡Vuelve la banda completa!, se encuentran luego de 10 años, algunos casados, otros son famosos, algunos con hijos y otros son gays, pero lo que realmente quedó intacto es el espíritu original de esta saga, que puede agradar o no, pero es indiscutible que dejó su marca en el género de las comedias para adolescentes.
Lo mejor del film pasa por reunir al cast original, cuestión que a cualquier seguidor de las American le encenderá la melancolía y los buenos recuerdos, haciéndolo reír y extrañar la edad del pavo. Quizás le faltó un poco más de humor, o chistes más inteligentes, seguro, pero es innegable que la reunión puso contento a más de uno, sólo basta con chequear el puntaje que la gente le otorgó en IMDB más allá de las malas críticas. La intención del director fue buenísima, la ejecución en cambio buena, aceptable, que de seguro dejará conforme a los fans pero que dudo maraville como para revivir la historia como sucedió con las "Rápido y Furioso". Si nunca te gustó mucho esta franquicia, seguramente tampoco te agrade esta nueva entrega.
Lo novedoso es el crecimiento de los personajes, que siguen manteniendo su personalidad intacta pero con un toque más maduro, más adulto. Va a haber sexo y situaciones disparatadas en torno a él, por supuesto, sino no sería una verdadera American, pero en esta ocasión el foco vuelve a estar en ese mensaje principal que siempre pregonó la saga original: la Amistad.
Lo mejor como siempre siguen siendo el loco Stifler y el torpe de Jim, ambos son los personajes más entrañables y carismáticos de toda la saga.
Por la parte negativa creo que se quedó corta con el humor y la degeneración de las 2 primeras entregas con la excepción de algunas pocas escenas. Hay algunos personajes que sólo vuelven unos minutos en pantalla para justificar el retorno completo de la banda, pero en realidad no tienen ninguna relevancia y era casi lo mismo incluirlos o no. Es un retorno disfrutable, que reivindica el espíritu original, pero que no tomó la fuerza suficiente como para seguir dándole rosca a la tuerca.