Américo

Crítica de Franco Denápole - Funcinema

“ES UN SENTIMIENTO, NO TRATEN DE ENTENDERLO”

Quienes vivan en la ciudad se habrán cruzado con algún cartel que diga “sociedad colombófila” y habrán tenido que investigar un poco para saber qué significaba. Otros conocerían de antemano de qué se trata y aun así les parecería un fenómeno bastante peculiar y llamativo. Dentro de la gran variedad de hobbies que existen, este consiste básicamente en criar palomas para disputar carreras. El colombófilo instala un palomar donde alberga a los animales, los cría y los entrena, sin que esa actividad le traiga mucho más rédito que un sentimiento y la posibilidad de compartirlo con otras personas.

Utilizando como marco la exploración del submundo de la colombofilia, Federico Sosa se propone realizar un retrato de uno de los tantos individuos que se dedican a estas aves, Américo, un hombre de cuarenta y pico de años con varias vivencias encima: fue carnicero, pasó por un período de desempleo en el que se dedicó a cartonear, vivió un tiempo en Brasil y tuvo problemas con el alcohol, tiene una linda relación con su esposa, es fanático de Argentinos Juniors, maneja un local donde vende choripanes y siempre tuvo una pasión por la cría de palomas, algo similar a lo que genera un deporte, como sentencia una vieja canción de fútbol.

Un material rico, del que se desprende un problema inicial: el documental, ¿va a tratar acerca de la colombofilia en general, utilizando la figura de Américo como una ventana a ese mundo, o se va a centrar en el individuo, y en ese caso la actividad servirá como un modo de canalizar el relato o trazar significados alrededor de su discurso autobiográfico? La respuesta debe ser precisa si no se quiere caer en la indecisión y la divagación. Por suerte, el largometraje de Sosa se decide rápidamente por la segunda opción, y da un pantallazo interesante al presente de su protagonista, aunque sacrifica para ello muchas de las posibilidades de exploración estética y política que contiene en potencia la colombofilia. Si esta es retratada, es principalmente desde la perspectiva de Américo, y lo que se busca expresar en todo caso es la relación del hombre con su hobby, una que a priori podríamos subestimar pero que demuestra una complejidad emocional notable.

Hay algunas cosas que se le pueden achacar a Américo, como el uso de algún componente musical algo fuera de lugar, o la repetición de planos en los que se adivina cierta escasez de material crudo, pero en general esto lo compensa con una duración justa y adecuada. Por lo demás, se trata de un trabajo sincero, que no juzga y se dedica diligentemente a su objeto de interés.