Algo esta pasando en la meca del cine, si bien ya es bastante común estar en presencia de textos refritos, convencionales, toda una catarata de lugares comunes, no es asiduo que se estrenen dos producciones con historia, tema y construcción tan iguales con tan poco tiempo de diferencia.
Hace unos meses, en febrero para ser más exactos, conocimos “Amigos con Derechos” (2011) cuya pareja protagónica era Natalie Portman y Ashton Kutcher, en este filme ellos llegaban de común acuerdo a tener sólo una relación basada en el sexo sin compromiso de ninguna naturaleza.
En esta “nueva” (no por novedosa) propuesta Dylan (Justin Timberlake), un gran jefe de redacción de sitios de internet, oriundo de la ciudad de Los Angeles, es convocado a Nueva York por Jamie (Mila Kunis) una increíble descubridora de talentos, para que Dylan despliegue toda su capacidad en una empresa asentada en la gran manzana.
Ambos vienen de reveses amorosos, ambos se atraen inmediatamente, ambos tienen heridas abiertas en el corazón, (¿me puse poético?), ambos llegan a la conclusión que su atracción física debe ser llevada adelante sin que medie ningún tipo de sentimiento, solo sexo.
La primera media hora se sobrelleva por la aceleración de los acontecimientos, por un intento de querer burlarse de los clisés del género, y por un desparpajo desde las escenas de sexo sin romanticismo alguno. Parece una propuesta diferente.
Pero como todo está estructurado desde los códigos más arraigados del género de comedia romántica, esto es la puesta en escena, la dirección de arte, especialmente la fotografía y la elección de los planos, todo se torna previsible.
Es verdad que la elección de ver este tipo de filmes deja de lado toda pretenciocidad de encontrar algo diferente.
Luego de ese inicio aparentemente prometedor, y por necesidad estipulada de los códigos hollywoodenses de la estructura narrativa, hacen su irrupción las historias paralelas, los personajes secundarios, todos en función de justificar las acciones de los protagonistas.
Primero hace su ingreso la madre de Jamie, Lorna (Patricia Clarkson) quien representa a la mujer liberada, algo estrafalaria, con grave déficit emocional, hija dilecta de la generación de los 60/70, siendo madre soltera y desconociendo, o no queriendo revelarle a su hija la identidad del padre. Todo un drama, mire.
Por otro lado, nos muestran la familia de Dylan, su hermana Annie (Jenna Elfman), que se hizo cargo del cuidado del padre de ambos quien sufre una enfermedad mental degenerativa, que podría ser Alzheimer, que si no fuera por esto sería una típica familia americana cumpliendo con el “American Way of Life” de principios de este siglo, separación de pareja paternal mediante. Y la rematan con el personaje de Woody Harrelson (Tommy), como un jefe “gay” de la sección deportes de la revista.
Lo mejor de esta producción son las actuaciones, hay buena química en la pareja protagónica, y se nota, pero Harrelson y Richard Jenkins, que personifica a Mr Harper, padre de Dylan, se llevan los mejores aplausos.
Mientras veía este filme recordé otros donde se planteaba desde distintas miradas la imposibilidad de la amistad entre el hombre y la mujer, una es el ya clásico “Cuando Harry conoció a Sally” (1989), de Rob Reiner, y la otra es la maravillosa película francesa, no es una comedia, pero no deja de ser romántica, “Una relación pornográfica” (1999), de Frederic Fonteyne, con Nathalie Baye y Sergi Lopez, quienes se encuentran todas las semanas en un hotel sólo para tener sexo, sin nombres, ni ningún conocimiento uno del otro. Esta última sí planteaba otra mirada sobre la sexualidad, los afectos, el deseo, las necesidades.
En cambio todo lo que propone “Amigos con beneficios” me lleva a pensar que idea, discurso, o nueva moral, quieren imponer. ¿El sexo casual, sin sentimiento, tiene signado el fracaso, por antonomasia?
Me parece querer estar dándole más crédito del que se merece.
Para concluir debo decir, nobleza obliga, que es un producto típico de “Sexo, Mentiras y Video” (1989), algo así como que el tema procura ser el “sexo”, lo que intenta decir es una “mentira”, y sólo es apta para ver en “video”, cómodo en su casa