Amigos con beneficios cuenta con la gran desventaja de ser la tercera comedia romántica en lo que va del año que trata exactamente el mismo tema.
Otra vez todo gira en torno a una pareja de amigos que se proponen tener sexo sin compromiso y después se terminan enamorando.
Primero fue el turno de Amigos con derechos, con Natalie Portman y Ashton Kutcher, luego le tocó el turno a De amor y otras adicciones con Jake Gyllenhaal y Anne Hathaway, que si bien tenía elementos dramáticos, el conflicto que vivían los protagonistas era muy similar, y ahora llega un nuevo film que explora otra vez la misma temática.
La particularidad de esta propuesta producida por los hermanos Zucker (La pistola desnuda) es que dentro de estas tres opciones es por lejos la más entretenida y gran parte de esto se debe a que Amigos con beneficios de alguna manera es una sátira de las comedias románticas norteamericanas.
El film está muy bien llevado por Mila Kunis y Justin Timberlake, quienes tienen buena química y hacia el final cuando las situaciones dramáticas tienen más peso en la trama, los dos presentan buenas interpretaciones.
Otro punto a favor que tuvo esta producción, con el que no contaron las dos películas anteriores que trabajaron el mismo tema, es el reparto secundario.
Woody Harrelson, Patricia Clarkson y Richard Jenkins se destacan en cada escena en la que aparecen y para una historia trillada como esta la verdad que sumaron bastante.
Es difícil por estos días encontrar grandes comedias románticas, como Medianoche en París, que uno pueda recomendar con entusiasmo porque este género en Hollywood no atraviesa desde hace unos años su mejor momento.
Frente a ese panorama, Amigos con beneficios, sin llegar a ser una gran película, dentro de todo zafa un poco si la idea es entretenerse un rato con este tipo de historias.