Basada en un reportaje sobre dos veinteañeros que se meten casi jugando en el negocio de la venta internacional de armas, la nueva película del talentoso Todd Phillips (el de la saga ¿Qué pasó ayer?) es una comedia negra sobre un asunto serio del que no nos reímos. Un filo que parece requerir de gran atención, pues War Dogs, su título original, es menos libre y creativa de lo que podría haber sido dadas las credenciales del director en la comedia más pura.
Sin embargo, el atractivo de esta historia de estructura clásica, el american dream alcanzado y perdido, no decae en ninguno de los minutos de sus casi dos horas. Hay un humor bastante estallado, una tensión lograda, una crítica fuerte a la política de negocios de guerra de los Estados Unidos y un gran personaje central a cargo de Jonah Hill. Una película valiosa en su búsqueda y en su tremenda incorrección política, en la que gana la sensación de riesgo asumido, aún a pesar de sus convencionalismos.