Los opuestos se atraen, una vez más, en esta cálida comedia dramática italiana escrita y dirigida por de Francesco Bruni, que une los caminos de Alessandro -Andrea Carpenzano-, un veinteañero rebelde que se lleva mal con su padre y Giorgio -Giuliano Montaldo, otrora realizador de Sacco e Vanzetti-, un poeta de 85 años olvidado por todos y que padece Alzheimer. Con esta estructura la película aborda temas como el paso del tiempo, la memoria, la amistad entre generaciones extremas y un pasado que asoma en forma de recuerdos.
Amigos por la vida es la historia de un viaje personal y transformador para los personajes que habitan una Roma agitada y violenta. Alessandro empieza a trabajar como cuidador del anciano en sus paseos hasta que se entera de un tesoro escondido de la Segunda Guerra Mundial que lo impulsa ,junto a Giorgio y sus amigos, hacia un viaje lleno de obstáculos para dar con el botín al que se refieren los versos del poeta.
El filme acierta en la pintura de los personajes, los conflictos que presenta y en el clima plasmado con gracia y desgracia por el Bruni. En ese sentido, el affaire que mantiene Alessandro con la madre de su amigo agrega la cuota necesaria para alborotar la rivalidad en medio de un tono crepuscular que ofrece este relato componedor de los vínculos, como la resquebrajada convivencia de Alessandro con su padre.
El guión combina el espíritu solidario y ambicioso con la cuota ingenua y cómica -la escena en la que la policía para la camioneta del grupo para un control vehicular y el robo al supermercado- colocando siempre en primer plano la química generada por la dupla protagónica. Sin ser obra maestra, la película entretiene y emociona por igual.