"Amigos por la vida" es una historia de redención. Un grupo de jóvenes desorientados y sin trabajo pasa los días vendiendo drogas y enredándose en riñas por el control de su territorio. Uno de ellos, Alessandro, acepta de mala gana acompañar por la tarde a Giorgio, un anciano con Alzheimer.
Este encuentro es el puntapié de una relación que enfrenta a dos mundos: el del respeto y el diálogo de Giorgio, y el de la indiferencia y los dispositivos electrónicos de Alessandro. Ambos de alguna manera se enriquecen, aprenden el uno del otro y durante las horas que pasan juntos se va tejiendo un vínculo afectivo. Pero un secreto revelado por el anciano lo pone a prueba a él y a sus amigos.
El director Francesco Bruni, que fue guionista de "El capital humano" de Paolo Virzí, obtuvo dos David de Donatello por su cuarto largometraje. Bruni, también autor del guión, trata con sutileza los vínculos entre el joven protagonista y Giorgio, un hombre que parece desconocer la maldad y que en los momentos de lucidez es capaz de conmover a un chico endurecido por la relación tortuosa con su padre y las malas decisiones. Bruni muestra sin subrayar los efectos de la enfermedad y las relaciones conflictivas entre padres e hijos y cómo los años pueden ser también un capital y no una carga.