Reencuentro esperado.
La grandeza del existir se encuentra en la simpleza que nos rodea. Pequeñas historias, enormes adversidades a transitar y cuando nos damos vencidos por el cansancio que da la batalla, la sabia vida nos regala otra oportunidad, una genuina amistad es un bello y eterno ejemplo.
El realizador Neil Burger (El ilusionista, Sin límites, Divergente) dirige el remake estadounidense de la exitosa comedia dramática francesa Amigos intocables (Intouchables, 2011), en la que aborda el desarrollo de la amistad entre un millonario que quedó parapléjico después de un accidente, Phillip (Bryan Cranston) y Dell (Kevin Hart) un desempleado con antecedentes criminales que es contratado como enfermero auxiliar. La asistente ejecutiva de Phillip, Yvonne (Nicole Kidman), no considera que esté calificado para el puesto. Estos dos personajes muy diferentes en apariencia, pero cercanos en lo más íntimo, se volverán amigos y cada uno sacará la mejor parte del otro que hasta ese momento, estaba escondida bajo las barreras del enojo, la incomprensión y la frustración, -funcionando como perfecto espejo el uno para el otro-, para observarse a uno mismo, aceptarse y volver a ser feliz, a pesar de las circunstancias dadas.
Amigos por siempre (The Upside, 2017), en verdad funciona porque el encuentro de los protagonistas se da en un momento muy particular y vulnerable de sus vidas. Ambos se sienten víctimas de una realidad injusta y se reconocen como luchadores, dato que no es menor, puesto que ambos tienen una alta resistencia a la entrega y confianza de su corazón, ya que fueron muy golpeados por la vida, de diferentes maneras y parados desde un lugar completamente opuesto –de ahí el nombre original del film-, sólo ellos pueden ayudarse, siendo Dell el indicado para Phillip y viceversa, desde el momento en que Dell no espera su turno para ser atendido -desestructurando todo- y le saca una sonrisa a Phillip, sabemos que nacerá este amor en forma de amistad entre ellos, que los sanará del enojo antiguo que arrastran, del sentimiento de impotencia e injusticia por tener una vida que no creen merecer, porque les gustan la adrenalina y excentricidades, pero sobre todo porque son auténticos.
Las actuaciones son impecables y acompañan de manera extraordinaria al excelente trabajo del director y de los guionistas, que se aventuraron con esta remake de la original francesa adaptada de un caso real, dado que se necesita de gran conocimiento y claridad con respecto a lo que se quiere contar y la manera, ya que coexisten aquí un gran drama con comedia, perfectamente balanceados y que fluyen como la amistad de estos diferentes y no tan distintos personajes.
Es una fuerte y divertida historia que se recomienda ver a corazón abierto y quizás, al tratar con humor, realidades fuertes de una enfermedad que solo conoce el convaleciente o la cruda injusticia de un hombre que ama a su hijo y lucha porque no lo puede ver, nos demos un permiso para reflexionar sobre cómo nos encontramos aquí y ahora y aprendamos la lección: todo se puede superar, el camino se allana y se hace más liviano si pedimos ayuda y estamos acompañados por personas que nos aman como somos. Un mensaje importante y poderoso para todos -que vale la pena repetir- y comenzar el año de manera positiva.