Un film que tiene como punto de vista el de uno de los protagonistas, un chico de 16 años que se deslumbra con la pasión que le despierta una profesora de arte que corresponde a sus ardores adolescentes. Ella lo invita a un fin de semana largo y él acepta entusiasmado sin pensarlo demasiado. Y lo que pinta como una suerte de “luna de miel” de una pasión prohibida, con escenas de sexo y algunos detalles llamativos, pronto se transformará en otra cosa. Para sorpresa del protagonista y el espectador. El guión del director en su opera prima, Daniel Werner, escrito junto a Diego Avalos es preciso y se abre como un rompecabezas de tomas y situaciones que encajan muy bien en el armado de lo siniestro, lo dual y lo violento. La película tiene climas muy bien logrados, escenas de género bien resueltas y sangrientas, así como osados momentos de pasión, con una gran fotografía de Manuel Rebella y buena dirección de arte. Renato Quattordio se luce como el adolescente atrapado en un conflicto peligroso y luego de gran riesgo, da muy bien su personaje aunque ya paso los veinte… Romina Ricci está perfecta en esa mujer inteligente, manipuladora, que no da puntada sin hilo pero que tambalea en sus pasiones. El resto del elenco responde con talento a un director que manejo muy seguro toda su creación.