El primer día del resto de tu vida
Rémi Bezançon es un director francés que realmente no conocía y después de ver El primer día del resto de tu vida me provoca visionar uno y cada uno de sus trabajos. El cine francés es uno de mis preferidos, debo reconocerlo, pero hacía mucho que no veía un fim de una profundidad tan evidente utilizando hechos, situaciones, personajes y detalles tan sencillos y cotidianos.
El primer día … no es otra historia que la historia de cualquier vida, de la historia del ser humano inmerso en una familia. Con cinco personajes puntuales, un matrimonio y sus tres hijos, Bezançon quien también realizó el guión, nos lleva por doce años en la vida de estos, contándonos sus gracias, penurias, fortalezas y debilidades. Virtudes y defectos de cualquier familia sin por ello ser disfuncional. Historias particulares que se transforman a nuestros ojos en historias universales: la falta de comunicación entre padres e hijos, las diferencias de personalidad entre los hermanos, la evolución para mejor o peor de la relación entre estos desde niños hasta adultos, el crecer, el madurar, el perdonar, el creer, la salud, la enfermedad.
Una comedia dramática que cuando tiene que hacer reír sabe cómo y cuando llorar o emocionar lo hace, sin golpes bajos, sin escenas desbordantemente lacrimógenas. Una maravilla imperdible de guión y dirección, impecable, astuta, magnífica. El film talentoso que evidentemente sólo se puede ver con el corazón, donde prácticamente todos hallarán un reflejo identificatorio en algún pasaje de la historia, con alguno de los personajes. Quizá con los años uno pueda apreciar mejor de qué se habla realmente en este film, qué hay que buscar, qué se nos dice. La historia es una historia de amor diferente donde en la interconexión entre cada personaje vemos las distintas facetas del amor, las distintas formas de querer.
La película es difícil de resumir, como es difícil resumir una vida, un mundo. Y es que creo que la clave está en la famosa frase: “cada familia es un mundo” pero sin embargo aquí comprobamos que esos mundos son iguales, que todos en la vida pasamos por lo mismo de alguna manera y que todos sentimos igual.
Brillantes las actuaciones en general de todos, a pesar de que haya quienes vean en la hija adolescente o en el hijo mayor cánones establecidos y trillados. Así somos, así incurrimos por la vida, algunos siendo rebeldes y otros responsables. Pero se destaca para mi gusto la actuación de Jacques Gamblin, el padre de familia que lucha por darle a sus hijos lo que parece no haber tenido él por parte de su padre, pero como siempre pasa, todos tenemos cosas que reprochar a los padres por mucho que ellos se esfuercen.
Un film que da para hilar mucho, para analizar terriblemente todo. Recomendable, sincera, sencilla y profunda. Electrizante la banda de sonido que recurre a muchos temas que se nos quedarán en la memoria: David Bowie, Lou Reed, The Doors!. Un maná para el alma.