Amor de Vinilo: Recuperando el tiempo perdido.
Jesse Peretz (Our Idiot Brother) nos ofrece esta comedia dramática llena de nostalgia y extrema sensibilidad que hace un sincero análisis sobre la paternidad, el amor, los problemas familiares, las ausencias y las segundas oportunidades.
Juliet, Naked, titulo original de la obra, es un film basado en una novela Nick Hornby responsable de títulos como About a Boy y High Fidelity, ambas adaptadas al cine con gran éxito. Este largometraje guarda ciertas semejanzas con el de High Fidelity en ese aire melancólico que rodea a la industria musical y a las estrellas independientes caídas en el olvido. Todo comienza cuando Annie (Rose Byrne) llega a la conclusión que se encuentra atrapada en una relación toxica con Duncan (Chris O’Dowd), un fanático obsesivo del oscuro rockero Tucker Crowe (Ethan Hawke). Cuando un demo acústico del exitoso disco de Tucker de hace 25 años sale a la luz, su lanzamiento lleva a un encuentro que cambiará su vida con el esquivo músico.
Una historia cuya superficie la hace ver como algo convencional pero que con el correr del metraje ira desarrollando algunos temas complejos característicos de las historias de Hornby. Personajes atrapados en el pasado, malas decisiones que los obsesionan, vidas estancadas dispuestas a ser recompuestas, entre varios tópicos más.
Annie siente que ha perdido 15 años de su vida al lado de Duncan y Tucker Crowe se encuentra atribulado por el hecho de vivir en el garaje de su ex mujer criando al hijo que ambos tienen en común y viviendo de viejas regalías por su carrera musical. Un futuro poco prometedor que se verá comprometido por la relación que comenzará a la distancia con Annie mediante mails y mensajes de texto.
Esta especie de relación que comienzan a construir los llevará a cada uno a replantearse ciertas decisiones que fueron tomando en el pasado y buscando recomponer relaciones con los hijos de otros matrimonios por el lado de él y buscando nuevos desafíos en el futuro y/o un cambio de aire por el lado de ella. La idea de rehacer la vida, madurar y aceptar las responsabilidades de la vida adulta serán varios de los temas tratados por este pequeño pero encantador film.
Resulta realmente interesante el trabajo de guion que presenta la película, ya que erige mediante sutilezas un montón de conflictos internos que de a poco van saliendo a la luz y que terminan de construir personajes fuertes y con determinación. Rose Byrne (Insidious) vuelve a desplegar su capacidad para la comedia pero incluso grandes matices que funcionan mejor en el drama que propone este relato. Poco queda decir de Ethan Hawke (Before Sunrise) un intérprete excesivamente talentoso que últimamente no ha tenido oportunidad de destacarse en la pantalla grande pero que cuando la tiene vuelve a hacer gala de sus apreciables facultades y aptitudes. La química de estos dos actores más el aporte del incómodamente hilarante Chris O’ Dowd (The IT Crowd) hacen que la cinta se destaque aún más por sobre la media de este tipo de comedias.
Por otro lado, cabe destacar la banda sonora que aporta su cuota de sensibilidad a un trabajo perfectamente planeado desde lo narrativo a pesar de la familiaridad de sus temas y las similitudes que pueda llegar a tener a otros trabajos del autor. Amor de Vinilo (un título desacertado para la propuesta) es un film encantador, divertido, nostálgico y romántico que no defraudará a los amantes de las comedias dramáticas y de la buena música.