Este es un encantador melodrama romántico que cuenta con las deliciosas, divertidas y conmovedoras actuaciones de Chris O’Dowd y Ethan Hawke que se conectan perfectamente con las situaciones. Otro de los personajes dentro de los roles secundarios es el que compone Rose Byrne que resulta cálido. Cada actor se luce en la historia, con momentos increíbles, acompañada con una banda sonora magnifica, pero no sorprende, cae en algunos lugares y clichés aunque resulta un buen pasatiempo entretenido. A lo largo del film se siente un toque de “Alta Fidelidad” (High Fidelity, 2000), de Stephen Frears o de Woody Allen.